Para leer la primera parte de este viaje sigue este enlace.
Día 4
Ya casi son las 10a.m. Y yo aún no estoy listo para salir a rodar, en cambio afuera ya están Rocket y Jorge, pues aunque Rocket tiene que ir a trabajar Jorge si nos acompañará a la rodada de hoy, que será el Nevado de Toluca, pese a que Rocket nos comentó que estaba cayendo aguanieve y a que aún de camino ahí se veía el clima completamente nublado. Almighty propuso otros destinos, pero yo estuve algo necio en querer ir al Nevado y mis dos compañeros accedieron a hacer esa rodada.
Saliendo de Toluca aún no llovía y el clima era agradable, nublado pero apenas diez kilómetros después de dejar la ciudad nos comenzó a caer una ligera brisa y el frío se fue sintiendo con mayor intensidad. Vamos primero por una carretera de dos carriles con sus acotamientos, hay algo de tráfico pero en realidad el frío ya comienza a ser preocupante, nos rodean grandes pinos. Tomamos a la izquierda una carretera secundaria que nos acerca al Nevado de Toluca, tiene buenas curvas pero el pavimento ya está decididamente mojado, además de que vamos de subida y al menos en la DR ya siento algo de falta de potencia. Como siempre, Jorge va a nuestra espalda cerrando el grupo. Hay momentos en los que me pregunto como Almighty y Jorge decidieron hacer esta rodada conociendo perfectamente el clima que nos esperaba y sobre todo cuando ellos ya conocían el lugar, ¡gracias por aceptar! Yo en particular pese al frío voy descubriendo un lugar donde tuve que haber estado el diciembre del 2003, pero que con siete años de retraso finalmente conocería.
Nos detenemos en el poblado Raíces bajo un pequeño cobertizo a orilla de la carretera para analizar la situación, los tres teníamos mucho frío y estábamos mojados, yo estuve de acuerdo en regresar o ir a otro lugar menos frío, pero ¡que más da! Ya estábamos ahí e incluso Almighty y Jorge me animaron a seguir hasta lo más alto que pudiéramos llegar en las motos, y así lo hacemos, ellos creen que en algún punto por el lodo no les será posible continuar, pero cuando tomamos la terracería y vemos que pueden rodar sin problemas me separo de ellos y me voy por mi cuenta adelante, tratando de llegar primero al albergue. El camino es de lujo, no voy tan rápido como podría, no quiero que algún pequeño error, una ponchadura, un resbalón o algo me complique las cosas tan lejos de casa, así que simplemente voy subiendo a buen paso, pero también de pronto se me empaña la mica del casco, no puedo ver, lo levanto, lo limpio, y así voy cuando de pronto se me hace demasiada la distancia que he recorrido para todavía no haber llegado al albergue. Me llego a desesperar un poco y por momentos considero regresar para buscar a mis amigos y ver si no me fui por un camino equivocado, pero pronto llegué al albergue, sólo están los rescatistas, algunos turistas dentro de sus vehículos y ya, no hay mucho movimiento, me quito el casco y los guantes, confirmo con los guardias que hasta aquí podré llegar con la Dottora y luego de temblar por unos segundos decido regresar a ver como vienen mis amigos, no recorrí ni quinientos metros cuando me encontré en medio de una curva a Almighty y vi que Jorge venía un poco mas atrás. Llegamos al albergue, no podíamos ver nada por la neblina jaja, solo estuvimos ahí, en el sitio más alto al que ha llegado jamás la DR a 4,155msnm, vimos un poco del albergue que está en el lugar, Jorge orientó a unas turistas que querían llegar a la parte más alta del Nevado, adonde solo se puede acceder caminando. Luego de las respectivas fotos y de algunos cigarrillos bajamos mucho más rápido de como habíamos subido.
Llegando al punto de control donde antes habíamos pagado la cuota de acceso nos detuvimos a desayunar algo y de paso a calentarnos, pues veníamos algo mojados y sobre todo con mucho frío, así que degustamos unas quesadillas de chicharrón rojo y verde, de pollo, de cecina, con o sin queso, fue una delicia total junto con el café de olla en esas condiciones, la verdad fue de las comidas que mas disfruté en todo este viaje. Ya un poco reconfortados, con el estómago caliente y los pies y brazos un poco menos fríos decidimos continuar a Toluca, fue difícil emprender el regreso, pero bueno, al menos en lo personal pude soportar cordialmente el frío gracias al alimento recién ingerido y a la seguridad de que pronto me pondría ropa seca. Todo el camino fue sin novedad, excepto ya casi llegando a Toluca en un pueblo donde estaban construyendo un puente y todo el tráfico tenía que irse por una calle en terracería, fue algo desesperante que pese a ir en moto y aplicar técnicas pizzeras de pronto no podíamos avanzar, ya luego en los bulevares de acceso a Toluca había algunas ligeras inundaciones, pero en las cuales volvimos a mojarnos y además recibimos el agua que nos aventaban otros vehículos, por si esto fuera poco por momentos al pasar en los tramos en reparación parecía que íbamos a campo traviesa, yo con algunos problemas apenas y podía avanzar, no se como hicieron Almighty y Jorge en sus motos más pesadas jeje. Fue algo extremo, ahora que lo recuerdo fue como practicar un estilo de doble propósito urbano semi-acuático jajajjaja.
En cuanto llegamos a casa de Almighty nos cambiamos de ropa, Jorge se bañó y luego de un ratito de descansar decidió regresar a Querétaro, pues ya era un poco tarde, apenas alcanzaría a llegar a su ciudad con luz de día. Gracias Jorge por cuidarnos las espaldas gran parte de la rodada y por los buenos momentos. Descansamos el resto de la tarde y en la noche Almighty me llevó al centro a conocer con un poco más de calma y sin duda el sitio que más se me quedó grabado es el Cosmovitral y también un Museo Guadalupano que es una extraña mezcla entre un edificio robusto y simple pero con una cubierta que luce ligera a la vista pero también debe serlo estructuralmente y una fachada de gran belleza… Después de este recorrido donde de nueva cuenta disfruté de una tranquila ciudad y no caótica como la imaginaba jaja, fuimos a cenar a Pizza Mecha, una auténtica pizza italiana gourmet, que me supo incluso mejor que las Corleone de Durango.
Día 5
Ya un poco tarde, a eso de las 11a.m. vamos saliendo de casa de Almighty con rumbo a Morelia. Sí, yo tenía la idea de ir a Morelia para tomar esa carretera de Mil Cumbres, pero no estaba bien decidido, no le comuniqué bien a Almighty esa idea y en cambio si le mencioné que podríamos ir por la autopista, siendo que esa autopista va muchos kilómetros lejos de la carretera libre por la que yo quería rodar en esta ocasión. Así que ahí vamos con dirección a Atlacomulco rodando tranquilamente una mañana de domingo y mi idea es llegar de ser posible hasta León para visitar a Motoso. Son los últimos kilómetros que por este viaje rodaré con Almighty, pero eso no me causa mayor nostalgia, se que seguramente pronto estaremos rodando de nuevo juntos y con más compañeros motoruteros. De lo que si me arrepiento es de no haber tenido una buena comunicación con Rocket, pues por ese motivo fue imposible que nos acompañara este domingo nublado donde sin cámara me despedí de Almighty en algún entronque donde había un retorno a Atlacomulco y donde también iniciaba una autopista en construcción a Tula, Hidalgo. Un gusto de nueva cuenta rodar contigo pero sobre todo hacer realidad esta rodada, que aunque en un principio estaba contemplada para Oaxaca finalmente fue muy buena y al menos a mi me permitió disfrutar mucho conociendo nuevos lugares y llevando a la DR en diversas condiciones, todas muy agradables.
Ahora voy yo solo, luego de dos días y medio de rodar con excelentes compañeros de ruta vuelvo a rodar solo como lo hago la mayor parte del tiempo. Voy por la autopista que se conoce como la vía corta México – Guadalajara y estoy en el tramo Atlacomulco – Morelia. En las casetas que crucé desgraciadamente siempre vi niños de escasos recursos que piden limosna y los cuales son vigilados de cerca por sus padres, eso me recuerda en medio de mi gran viaje que no todos en nuestro país pueden gozar de una vida tranquila y que hay tanto que hacer al respecto… Rodar por aquí es genial, casi no hay tráfico, los paisajes son tranquilizantes, con un verde intenso y la lluvia me perdonó la mayor parte del tiempo, excepto donde de pronto voy rodando por grandes bosques y la autopista va bajando constantemente, incluso hay de esas líneas rojas que dirigen hacia rampas de desaceleración. Podría aprovechar e ir a 110km/hr o más, pero con el pavimento mojado y ante mi desconocimiento de la carretera voy tranquilo, a unos 90km/hr y aún así voy más rápido que muchos automóviles. Los señalamientos recomendando disminuir la velocidad y frenar con motor son abundantes, de pronto veo un carro accidentado en el carril de alta, que por si fuera poco desplazó algunos de los bloques de concreto que forman la barrera central. Veo que no hay gente herida dentro de él y que las pocas personas que hay en el lugar se ven bien, además ya se ha detenido una camioneta para ver si estaban bien, así que decidí continuar mi camino. Comencé a ver letreros sobre la mariposa monarca que se podía visitar en un pueblo cercano a la autopista. A pesar de la lógica de que ese tipo de fenómenos solo se ven en invierno consulté por celular y con las personas del lugar que me confirmaron que en julio no hay migraciones por ahí.
No conocía el lugar donde tendría que tomar una salida para dirigirme a León cruzando por enmedio del lago Cuitzeo, simplemente sabía que estaba mas o menos a la misma altura de la salida a Morelia, así que cuando comencé a ver letreros con la leyenda “Morelia” me detuve un poco más adelante de un paso inferior vehicular, y ahí estaba consultando mi Guía Roji 2007 con las hojas medio empapadas, ya había decidido continuar hasta ver una salida rumbo a Salamanca, Irapuato o León o de plano seguirme hasta Guadalajara si no veía mi salida jajjaja. En eso estaba cuando de pronto veo una camioneta Ford Lobo con camper, conducida por un joven de unos veinticinco años y acompañado de una mujer ligeramente mayor que él. Venía a una velocidad normal, pero cuando me ven se detienen rápidamente e incluso parecía que iban a embestir mi moto que estaba fuera de la carretera y del acotamiento… En ese momento pensé que incluso podrían ser delincuentes, que podrían buscar asaltarme en el menos peor de los casos y así, contemplé todas esas posibilidades pero ante todo me mantuve tranquilo y solamente me preguntaron por algún pueblo de Michoacán del que jamás en mi vida había escuchado hablar, y como la verdad ni hablando con ellos me inspiraron confianza decidí no consultar mi mapa para ayudarles.
Proseguí mi camino y unos kilómetros más adelante comencé a ver a mi derecha un gran cuerpo de agua, vaya, fue fenomenal disfrutar esa vista, yo no traía prisas, si hubiera querido simplemente me hubiera detenido a tomar fotos, había algunos miradores junto a la carretera con asadores y todo lo necesario para pasar un buen día de campo. Estoy convencido de que Michoacán es un buen lugar por conocer y talvez para vivir, junto con Guanajuato es de los estados que tengo pendientes para rodar por varios días y conocerlos mejor. De pronto voy viendo los letreros que me llevarán a mi ruta, tomo la salida a Cuitzeo y Salamanca y ¡vaya!, espero me alcancen las palabras para describir la emoción y mi impresión al pasar por ese camino que cruza el lago por la mitad, las aguas que reflejaban el sol y el cielo a lo lejos ahora están a mi alcance y por arte de la ingeniería mexicana me es posible gozar de esto, me detengo a intentar compartirte lo que ahora veo, un camino recto, con dos hermosos cuerpos de agua a ambos lados, los rayos de sol iluminan mis pasos, pero a ambos lados, a oriente y poniente, derecha e izquierda, negras nubes precipitan infinitas gotas sobre el agua del lago que me rinde homenaje a mi paso por su centenaria existencia. De algún modo esta escena tuvo para mi un significado particular, y entendí que de cualquier modo, las cosas seguirán adelante y todo estará bien y ya encontraré mi espacio, el espacio correcto y las mejores maneras.
Después de recorrer esos 5.6 kilómetros de lago tomé la autopista a Salamanca que al parecer es de reciente creación, pues no aparece marcada en mi mapa. Yo tenía ganas de ir por la libre e ir conociendo al menos de pasada Cuitzeo, Moroleón y Valle de Santiago, pero ya una vez en la autopista decidí seguirme por ella, para llegar de día a León y así al menos no rodar por una vez de noche y con lluvia… En la primer caseta de esta autopista, descubrí un sistema de control y cobro muy interesante, pues en esa caseta no te cobran, sino solamente te dan un boleto, el cual debes entregar en la caseta del lugar donde salgas y así el cobro será de acuerdo al tramo recorrido. Interesante… Una autopista muy agradable para rodar, vi de pronto pequeños grupos de Harleys que venían de León y como más tarde me enteraría, vienen de una reunión o “Rally” de los HOG’s. La mayoría si saludaban, o al menos los líderes de cada pequeño grupo. Aunque insisto, las custom o chopper no son mi estilo de moto sí que me llama la atención su sonido y la estética también me agrada de algún modo. De pronto me doy cuenta que no había cargado gasolina desde hace alrededor de 300km y ya tengo que poner la reserva… Demonios, no se cuanto falta para la siguiente gasolinera, simplemente veo que me quedan unos 50km para llegar a Salamanca y confío en que me aguantará el tanque hasta ahí. No defrauda y justo antes de una caseta me encontré una pequeña gasolinera que justo salió en mi auxilio y en la cual le ingresaron 13.14 litros a mi tanque de ¡13 litros! Una vez mas queda comprobado que las gasolineras en México nos estafan, ¿que será con las camionetas de tanques de 60 litros?…
Ya con tanque lleno aceleré camino a León por una autopista bastante transitada pero sin tener problemas con autos que leen placas ni nada por el estilo. Ya venía en contacto con Motoso aproximadamente desde que comencé a tomar la autopista de Cuitzeo rumbo a Salamanca, intercambiamos mensajes y supe que venía llegando de rodar con Romano en algunos caminos de la sierra de Guanajuato, así que luego ya no nos pudimos comunicar casi, sino ya hasta que decidí pararme en una gasolinera y por casualidad lo vi parado del otro lado de la autopista. Fue una buena coincidencia, porque el había parado ahí para marcarme, yo no sentí la llamada, simplemente antes de verlo ya había decidido hacer una parada ahí. Luego de que tomó un retorno nos saludamos y aprovechó para hacer su buena acción del día, ayudando a unas mujeres a cambiar un parabrisas dañado de su camioneta.
Desgraciadamente nos encontramos ya un poco tarde y no había mucho tiempo de rodar, pero no perdimos la oportunidad y Motoso me guió rumbo a Santa Ana del Conde, pasando primero por una pequeña estación de ferrocarril que se podría decir fue el centro del campo de batalla de ese hecho histórico, tan olvidado en medio de Rutas 2010 y demás iniciativas Bicentenarias. De la estación nos fuimos por una pequeña carretera vecinal rumbo a Santa Ana, llegando me encontré un pequeño poblado que en sus plaza y calles principales tenía varios puestos y juegos de feria, así como mas tarde vimos la llegada de una procesión, justo cuando nos alcanzó Romano. Leyendo el relato de Motoso de alguna manera no capté bien la dimensión de la batalla que tuvo lugar en ese sitio entre las fuerzas de Francisco Villa y Álvaro Obregón, pero ya viendo la chimenea del edificio que aún está de pie en el lugar y todos los impactos de los proyectiles me percaté un poco de que en aquellos tiempos no se andaban con juegos, que fue realmente una guerra lo que en aquel entonces se vivió.
Luego de algunos breves minutos platicando con Romano de las anécdotas de la rodada que apenas hace unas horas habían concluido y de algunas cosas sobre mi viaje decidimos regresar para tomar camino a León, pues ya no nos quedaba mucho tiempo con luz de día. Casi a las 9p.m. llegamos a casa de Motoso y luego de bajar mis cosas de la DR pasamos por Luz para ir a cenar algo, así que nos dirigimos a las fiestas de Santiago Apóstol donde aunque para mi había mucha gente para la hora que era, mis compañeros dijeron que en realidad era poca y eso por la lluvia reciente. Tacos, huaraches, “hot-cakes”, juegos, dardos, discos de música y películas apócrifos y así por el estilo ¡hasta un concierto de rap!, un buen ambiente de barrio, donde todo mundo se conoce, donde todos simplemente la quieren pasar bien y así sucede. Nosotros cenamos unos huaraches que a ninguno nos agradó demasiado, aunque los guisos si tenían buen sabor la masa no tenía buena consistencia.
Fuimos a dejar a Luz, nos retiramos a descansar pues ya pasaban de las 11p.m. y aún quería darme un baño para estar listo para el día siguiente que había que levantarme a las 7a.m…
Día 6
A las 7:41a.m. estoy saliendo de casa de Motoso, muchas gracias amigo por darme hospedaje una vez más, es extraño volver a donde ya me había quedado antes, me siento un poco mas familiar y en casa, así dejo de sentirme por unos momentos tan lejos de casa. Tomamos algunas avenidas de León, la mayoría ya se me hacen muy conocidas pero aún no me siento capaz de moverme yo solo por ahí. Con un cielo nublado a punto de llover nos despedimos a las 8 de la mañana, Motoso ya va tarde a su trabajo pero yo voy a una hora inmejorable para comenzar a rodar, de hecho fue el día en todo este viaje que comencé a rodar más temprano. Tomé rumbo a San Francisco del Rincón y en una gasolinera en ese lugar me detuve a llenar tanque y me puse el impermeable, pues aunque el cielo no se veía tan oscuro no quería que una lluvia me sorprendiera de pronto. Continué rumbo a La Purísima de Bustos y siguiendo el señalamiento que me llevaría rumbo a Guadalajara por una carretera libre me desvié en un camino pavimentado que va a San Diego de Alejandría, el cual empieza a subir con unas buenas curvas, ahora en este momento recuerdo el relato de Motoso, cuando platica que va con Luz y que no van a más de 50km/hr, ahora entiendo la razón. La pendiente es bastante fuerte y continua.
Llegando a San Diego de Alejandría vi la gran glorieta que antes había visto solo en fotos y que desde ese momento me llamó la atención, de hecho en mi comentario puse: “Por cierto, esa gran estructura que forma esa glorieta en San Diego de Alejandría es en verdad espectacular, jamás había visto nada así… ¿Se habrá construido originalmente con este fin?”, pues bueno, ahora que estoy aquí me fijé que la construcción es moderna, aunque yo extrañamente por la foto creí o me había hecho a la idea de que era un monumento antiguo, pero vaya que es imponente en persona. Decido no entrar al pueblo pues quería seguir rumbo a San Julián y desayunar ahí, pero me voy satisfecho con ver este grandioso monumento, que según la placa que ostenta es de reciente construcción (2007, si no mal recuerdo) y su objetivo es servir como “Puerta de los Altos”, de Jalisco obviamente, pues desde algunos kilómetros atrás que ya vengo rodando en éste tequilero estado.
Continúo con algunas subidas mas y un camino principalmente recto hasta llegar a San Julián, que en todo coincide con la descripción que ya había hecho Motoso y encuentro una avenida principal muy limpia, ordenada, aunque eso si el tránsito un poco lento por los topes y además el límite de velocidad en esa zona está fijado en 30km/hr. Busco las güeritas que le han dado tan buena fama a la región de los Altos de Jalisco, pero por ser lunes por la mañana veo muy pocas en realidad, lástima… Desayuno unas gorditas y quesadillas con café de olla en el lugar que me inspiró mas confianza y del cual no recuerdo su nombre. Tenía la idea de seguir de San Julián rumbo a Tlacuitapan y de ahí tomar la autopista a Aguascalientes, pero no me supieron dar informes de ese camino preferí regresar a San Diego de Alejandría no sin antes dar otro recorrido por la avenida principal del pueblo.
Luego de pasar por San Diego me dirigí rumbo a la Unión de San Antonio y creo que aún en este punto pude haberme decidido por continuar este viaje con rumbo a Guadalajara, después posiblemente rumbo a Mascota, Puerto Vallarta, Sayulita, Mazatlán y ya de regreso a Durango pero diversos factores me lo impidieron, talvez entre ellos estuvieron el cansancio psicológico de las lluvias que fueron una constante durante todo este viaje, el mal estado de mi cadena y sprocket que evidenciaban un fuerte desgaste y sí, también algo de eso me decía que tenía que regresar. Así que luego de ver una réplica del Ángel de la Independencia continué por esa sencilla carretera, con el disgusto de ver que un camión con placas de Michoacán que transportaba muebles iba arrojando basura, primero bolsas vacías de botana, luego envases de refresco de tres litros, de esos genéricos marca propia de algún supermercado, contaminando así los verdes y hermosos campos de que iba disfrutando yo y él también sin saberlo talvez. Sentí el deseo de tener la autoridad para ordenarles que se detuvieran y recogieran su porquería, pero no la tengo, no podía hacer alguna cosa que pusiera en riesgo mi integridad así que solamente al rebasarlo pude ir moviendo mi cabeza de un lado a otro en señal de desaprobación. Ignoro y dudo que me haya visto y si lo hizo que haya comprendido mi mensaje, ¡que impotencia!
Crucé por arriba la autopista Aguascalientes – León, mi plan era seguir por la libre rumbo a Lagos de Moreno y luego hasta Aguascalientes, pero al ver que me esperaba una fuerte lluvia ya sea por autopista o por la libre decidí irme por la primera, pues es mucho más segura al contar con acotamiento en toda su longitud. Tal como lo esperaba una fuerte lluvia me acompañó durante unos veinte minutos, de esas lluvias que te empapan pero que afortunadamente como traigo impermeable apenas y la siento. Por momentos la autopista tiene algunos charcos así que trato de no ir muy rápido. De pronto ya voy rodando con el cielo semi-despejado, comienza a hacer un poco de calor con el impermeable que traigo puesto pero aún así prefiero conservarlo pues es una lata quitártelo, doblarlo, guardarlo y después cuando vuelve a llover hacer casi la misma operación… Así me voy, rodando tranquilo pero rápido y constante en algunos tramos en que la autopista está en mantenimiento y se reducen los carriles pero perfectamente señalizados, nada que ver con la costera de Guerrero.
Llegué a Aguascalientes, lo crucé ahora si sin perderme y algunos kilómetros adelante me detuve para cargar gasolina. Aún llevaba el impermeable pero me resistía a quitármelo, no se porque si el cielo ya casi estaba totalmente despejado en esa ciudad… Continué rumbo a Zacatecas por autopista, aunque quería irme por la libre una vez que vi la desviación decidí seguir por la autopista, creo que de algún modo estaba ausente, de nuevo mis pensamientos estaban lejos, aunque cada vez un poco menos distantes. El camino hasta Zacatecas se me pasa muy rápido, ya ni en las casetas casi me detengo a sacar las monedas para pagar, todo fluye más fácil, de pronto me siento ya como un viajero de tiempo completo pero sin rumbo. Para cruzar Zacatecas hay tres opciones: el libramiento sin cuota por el sur que está saturado casi siempre de lentos camiones a los cuales no puedes rebasar por las curvas, el libramiento de cuota por el norte que te cuesta unos $30 si no me equivoco y la otra es cruzar la ciudad por el único bulevard que tiene. Yo esta ocasión quería pasar por el libramiento sur pero al ver la salida no estaba seguro que era la que yo debía tomar, así que me seguí derecho para cruzar la ciudad por el centro. Hace años en los viajes familiares si me gustaba ese recorrido cruzando Zacatecas, pero ahora me encuentro con el tránsito de demasiados vehículos, sobre todo en la zona mas céntrica donde incluso no se ve la efectividad de unos túneles que se acaban de construir por ahí. Como ya lo había dicho en otra ocasión, algunos de los conductores son un tanto agresivos para manejar y eso en moto no es nada agradable.
Paso Zacatecas y en la misma birrieria Jaramillo donde comí cuando venía de regreso del WRC me detuve a saborear otros buenos tacos. La última vez no me supieron tan bien, pero no se que pasó ahora que fueron ¡de lo mejor! Igual no eran de “alto mando” para los parámetros Almighty pero vaya que me supieron muy bien y un detalle curioso fue que al pagar el cajero me recordó de la última vez que estuve por ahí. Continué rodando, pasé los aburridos tramos de los libramientos de Calera y Fresnillo, luego el trópico de Cáncer y más adelante de pronto vi a lo lejos un cielo tan negro como hace mucho no veía. El camino me fue dirigiendo hacia allí y no se que pasó, talvez fue el sentimiento reprimido durante los días anteriores de este viaje, no se; a mi por lo general siento que no me afectan en el estado de ánimo las lluvias, los días nublados ni ese tipo de cosas, pero hoy no se si pasó. A lo lejos esa tormenta por la que me es inevitable cruzar es tan oscura, tan aparentemente impenetrable y que en verdad es la que a mis veintisiete años de edad más me ha impactado, casi como si fuera un huracán. Me es difícil saber que tan duro podría ser el paso por ella, pero se que no me queda otra salida. Se que tengo que enfrentar esta realidad que inesperadamente se convierte en algo tan claro, de pronto entiendo el significado de aquellas palabras… Esta tormenta y las que le anteceden me demuestran finalmente todas de un solo golpe la verdad, la cruda realidad que como un balde de agua fría me sacude y me hace detenerme, porque entonces la mica de mi casco ya está mojada y setecientos cuarenta y seis metros adelante la lluvia empieza a caer.
Cuando crucé por esa fuerte lluvia esperaba en realidad algo sumamente complicado, todos los vehículos pasaban con sus intermitentes parpadeando, se siente algo de viento pero nada exagerado. Incluso mientras entraba a la tormenta creí que en algún momento tendría que detenerme y salirme de la carretera en lo que pasaba el temporal, pero jamás fue necesario. Llegué a un Sombrerete nublado pero sin lluvia, descansé un poco y ahí me di cuenta que ya me faltan pocos kilómetros para llegar a casa. De pronto sentí otra vez una lluvia que me fue acompañando casi hasta Vicente Guerrero, y aquí si fui incomodado por varios camiones y camionetas que me rebasaban a alta velocidad y a veces sin tener completa visibilidad e invadiendo mi carril.
Así concluye este viaje, cuando llegué a Durango a las 7:30pm, me sentí un poco extranjero en mi propia ciudad, ahora con todo mucho más claro que nunca y visto un poco desde la perspectiva de un tercero me vi a mi mismo solo, como antes.
Distancia total recorrida: 2,908km
Primissssssssssssssssssssssss
“In your face” MotOso :devil: jijijiji…. ahora si… leámos
jajajaja ¡tómala!
Otro…..
Jajajajajaja, y ahora si el MOTOSITO NI SUS LUCES. para eso me gustaba
Jajajajajajajajajaja no mames, jajajajaja no MAMES esta de pocas esa fotillo, nomas por eso te perdono lo quemapueblos mano.
¿Cómo que quemapueblos? ¿Andaba incenciando León jajajja?
Calmate manito que le hablo a LUZ para que me defienda 🙁 juar,juar,juar……..
Si Luz practicaba LUCHA si te manda a la lona Tocayo si te anda aplicando la de a caballo
Y que pena que tu mujer te tenga que defender mano NI modo ASI TE QUEREMOS
Vallaaaaaaaaaaaaa que fue un super recorridotototototote… no mouse, Toluka – Atlacomúlco – Michoacan – Guanajuato – GUadalajara – Ags – Zacatecas – Dgo 😯
Me llamo mucho la atención lo de la camioneta con la pareja de 25’s, en todo tu viaje solo la azul polarizada y esta… ¿te habras sugestionado con esta?…
Y si, una pena no haber estado mas en contacto contigo mi buen Aaron, yo pensé que el Sabado ibas de vuelta a casa y mira que fue hasta el domingo y casualidad que ví al Tok… por cierto… ¿qué tal ese “pop”?… por eso no me buscarón… jejeje, por eso te lo saltaste 😛
Ya en serio, es una super rodadotototota… y lamentablemente con falta de fotos, el lago de cuitzeo es un objetivo que traigo desde hacer rato, cuentame, ¿es de cuota, de cuanto?
Y ver al MotOso ayudando… jejeje… ¡que padré coincidencia así como la que tuviste con nosotros en Coyuca!, iguanas faltan pics que auden a relatar, pero nos llevas con unsa descripciones, como el camión gtira basuritas, los tipos de aguaceros que te encuentras, el encuentro con unaa fecha anterior en el cajero.
Muy buen relato, muy diferente a los “terrosos” que acostumbras pero perfecto
Viento Aaron 😀
Una aclaración para decir que no fue el super recoditotote jaja, realmente no llegué hasta Guadalajara, solo llegué a San Julián y de ahí me regresé rumbo a Aguascalientes… Aunque viéndolo en el mapa no andaba ya muy lejos jaja.
Igual y si me sugestioné con la camioneta Lobo, pero la verdad al menos si hizo una maniobra medio rara el chavo al detenerse junto a mi, igual solo fue porque no me había visto cuando su copiloto (en este caso no aplica mochila) le dijo de mi presencia.
Jajajjaa no, no hubo “pop”, aunque ahora sospecho que en busca de eso el Almighty ya ni te buscó jajajja
El lago de Cuizeo lo puedes cruzar libre sin pagar, incluso podrías irte de Toluca hasta Morelia por la libre, ahí tomas al norte rumbo a Salamanca y a fuerza tienes que cruzar por el lago Cuitzeo. Ya si te quieres seguir al pueblo Cuitzeo, Valle de Santiago, Salamanca y León puedes elegir entre autopista y libre. Pero en si, puedes cruzar el lago sin pagar cuota.
Se hizo lo que se pudo con este relato, que bueno que te agradó y pues como me propone el Motoso, tendré que regresar a tomar esas pikas y espero me sigan firmando jajajjajja
Ya pronto una salida medio tierrosa para volver a las andadas
Buen relato, pero…
faltaron mas fotos. 🙁
Saludos desde Reynosa.
macnifico
…
..
.
Gracias Macnifico, pero si, faltaron demasiadas fotos y lo peor es que ya luego de que me llegó la pila con la que mi cámara funcionó me percaté de que el problema no era la pila y que la cámara si me hubiera servido para el viaje… ¡que coraje! Ni modo, lo tendré que repetir jeje