Presa de la Olla, Gto.

Mientras Almigthy y Aaron se divierten en el espinazo del diablo, Suzu va a Guanajuato patrimonio de la Humanidad, van varias veces que nuestra ruta pasa o visita este magico lugar, las veces pasadas visitamos el Templo de San Cayetano en Valenciana y las minas de los alrededores (Cata, Guadalupe y Rayas) esta vez Suzu vuelve a GTO. Tambien me acompaña una “Mochila” muy especial.

Sali con rumbo a Guanajuato en la grata compañia de Luz, como lo he dicho antes es dificil rodar con un pasajero, suelen quitarle mucha potencia a la moto y mas en las que son de baja cilindrada, sumado a que la gran mayoria no sabe como como comportarse y terminan afectando tu manejo, con Luz no tengo este problema nos acoplamos bien al rodar, sin sustos ni movimientos inesperados.

Esta ruta no ofrece mucho reto, de León tomamos rumbo a Silao hasta entrar en la autopista a Guanajuato, es un recorrido que fácilmente se hace en cosa de 45 minutos.
Tome velocidad crucero, sin problemas levanto los 100 km/h a pesar de llevar pasajero. Llego a la pendiente que esta pasando Comanjilla adelante hay un rancho que se llama los Sauces mi velocidad disminuye hasta los 50 km/h lo raro es que la pendiente quedo atrás y no logro recuperar velocidad a pesar de que la carretera ahora desciende.
Siento muy pesada la maquina y ya no solo no acelero se esta frenando, busco donde detenerme y en cuanto desciendo de la moto noto un fuerte olor a quemado, a hule quemado mezclado con balatas, rayos, Rayos ahora que salio mal, Lucecita me mira con cara de ya valió m… yo pongo mi cara de ahorita lo soluciono, aunque la verdad no se que fallo.

Pienso un momento, huele a quemado no avanzas, chin apoco compraste balatas chinas (de esas que usa el Almigthy en su GN) en la semana había cambiado mis balatas así que tal vez eso era la causa toco el tornillo de ajuste y diablos, nomás se escucha el chirrido de mi piel haciéndose chicharrón, me queme ahhhggh duele.
El rin de la Suzu esta al rojo vivo, señal de que coloque las balatas muy justas, ni modo tendré que tirar mi botella de agua sobre el rin, después de ver salir la nube de vapor y cerciorarme de que el rin estaba frío, afloje las balatas y volvimos a rodar. Ahh que diferente Suzu alcanza los 100km/h sin problemas.

Pasamos Silao y tomamos la autopista de cuota, en el camino me encuentro con una Vstrom al rebasarnos pita y saluda, que raro pienso, pero correspondo con gusto al saludo.
Luz me pregunta ¿lo conoces? Le respondo claro que no, pero me gusta toparme con gente que no es mamona, bien dice Aaron si hasta el saludo te niegan que puedes esperar en caso de necesitar ayuda.

Después de un par de túneles llegamos a donde esta la Noria Alta, la glorieta de los mineros nos indica que estamos ya en la famosa ciudad minera, a un lado la plaza de las ranas muestra majestuosamente el logo de Guanajuato patrimonio de la Humanidad, piso de adoquín, casitas multicolor que recuerdan los adornos de un nacimiento a la Mexicana.

Escucho el sonido característico de una moto de pista al rodar en ciudad, veo mis espejos y son dos pisteras una Augusta y una Yamaha R1, viajan con su pareja, totalmente equipados. El de la Augusta pasa sin saludar pero el cuate de la R1 espera a que le de el paso, en sus placas veo que vienen desde el D.F.

Tomamos rumbo entre callejones hacia el centro de Gto. Pero estaba imposible, no me quedo más opción que aplicar tácticas pizzeras y dejar el recorrido por el centro para otra ocasión, como ya hacia hambre decidimos subir hacia Valenciana a disfrutar de unas ricas gorditas.

Mientras comíamos vimos pasar varios contingentes de motos con rumbo a Dolores, Luz se asombra de ver tanto motociclista.
Decido que podemos subir un par de curvas mas arriba al mirador, mientras pedía otra gordita fuimos armando plan.
Mientras comíamos un guía de turistas me pregunta sobre la moto, que cuanto cuesta, que cuanto corre, que tan buena sale y como mil preguntas mas, Suzu sabe llamar la atención con ese motor que parece ser mas grande de lo que en verdad es.

Después de llenar barriga con esas ricas gorditas, tomamos camino al mirador, muy buenas curvas en este tramo.
Nos detenemos, desde aquí puedo ver todo Guanajuato, nos tomamos un par de fotos y decidimos emprender camino a la presa de la olla, rodaríamos de nuevo por la panorámica.

La carretera panorámica de Guanajuato es una especie de anillo retorcido que rodea Guanajuato por lo más alto de los cerros, recorrerla es un placer y mas si se hace en moto no hay una recta mayor a 100m.

Descendemos hacia Gto, pasamos Valenciana y las minas de Cata y Rayas. Luz toma fotos y yo me divierto de lo lindo tomando curvas mientras tengo de fondo la belleza de Guanajuato, Recuerdo que hace ya un año de la vez que en compañía de Beto pasamos por aquí.

El cerro de la Bufa nos dice que solo faltan un par de curvas, descendemos y llegamos a la presa de San Renovato, aquí hay jardines, puestos de comida y ohh sorpresa reunión de scouts Aaron donde estas, jaja.
En los jardines esta una estatua de Hidalgo que data de la época porfiriana y un enorme cocodrilo de piedra, este ultimo luce sucio sera por que el lugar esta en obras y en dias pasados una inundación ocasiono muchos destrozos en el lugar.

Puedo ver que hay mucha basura en el lugar, pienso que tal vez es por las obras de papa gobierno, piensan hacer areas de comida y desasolvar la presa asi que no le doy mucha importancia, espero volver y ver esto como nuevo.

Regresamos por Suzu y descendemos un kilometro mas para llegar a la presa de la Olla, hay mas agua que hace un año.

Un poco de Historia sobre la presa: Dada la constante escasez de agua que sufría Guanajuato, en el año de 1741 se determinó construir una presa que satisfaciera las necesidades más apremiantes de sus habitantes. El cabildo aprobó la obra, la que se inició desde luego, escogiéndose como lugar apropiado el rancho denominado de la Olla, que se encontraba en las afueras de la villa. De allí el nombre que ha conservado. La mitad de los gastos fue cubierta por el señor Sardaneta y Legaspi, dueño en mayoría de la famosa mina de San Juan de Rayas. La presa, sin estar concluida, captó agua por primera vez en el año de 1747.

Quedó totalmente terminada en 1749, cuya cortina era tres y medio metros menos alta de la actual. Posteriormente, y con el mismo motivo, se hizo la Presa de Pozuelos en la cañada de Ponce, que surtió de agua a Santiago de Marfil, debajo de la hacienda de Pardo. Un siglo después, sobre la misma cuenca de la Presa de la Olla se construyó la de San Renovato.

En el año de 1795, el intendente Riaño apreciando la belleza física del lugar, quiso formar un paseo. En 1832 se planeó entubar el agua de la Presa, para, por gravedad, conducirla al corazón de la ciudad. Así lo propuso al Ayuntamiento el vecino Marcelino Rocha. Esta utilísima mejora se inició hasta 1849. Se construyeron las fuentes que recibirían el agua por todos los rumbos de la ciudad, para ser distribuida a los usuarios.

La caida de agua que hay en la cortina forma una cascada artificial que relaja tus sentidos, ver los pequños detalles de esta obra colonial y pensar en como la construyeron es algo en lo que divago un par de minutos.

Hay una Atalaya o puesto de vigilancia que llama mucho la atencion.

Algo que si me molosto fue ver mucha basura, en el lugar, ya que hay visitantes del extranjero que ven esto,que imagen les damos a nuestros amigos que vienen del otro lado del mundo y ven esto basura y mas basura.

Me molesta mas por que la casa del gobernador esta a solo 200mts del lugar, se que no solo es culpa de papa gobierno, tambien la gente que visita el lugar no tiene la cultura para depositar la basura en los contenedores dispuestos para ello.

A pesar de esos disgustos, vale la pena visitar el paseo de la presa, si visitan Guanajuato creanme que a pesar de la basura valdra la pena la visita al lugar.

Volvimos a equiparnos y tomamos rumbo a Leon, Hay mucho mas que mostrarles de Gto, pero calma ya habra tiempo de volver amigos y en una de esas eres tu el que rodara a mi lado.

Suzu rodo de maravilla de regreso a casa, creo que extrañaba la carretera, ya solo nos detubimos en la caseta donde un perro callejero nos miraba extrañado, no se si tenia ganas de platicar o solo esperaba a ver a que hora partiamos, para tratar de probar motociclista.

Nos vemos en el camino.