Metates – Bajada El Aguijón

Como casi siempre, apenas un día antes de esta rodada no tengo muy claro a donde iré. Hay varias alternativas como por ejemplo: recorrer el Río Nazas partiendo desde Rodeo, visitar Empalme Purísima, conocer Mezquital, rodear la Laguna de Santiaguillo, ir a Santiago Papasquiaro, etc. Mi intención era escoger una ruta por pavimento para así tratar de que la moto con el servicio de las 6,000 millas recién hecho se conserve en el mejor estado el mayor tiempo posible, pero finalmente me decido por una ruta que ya venía aplazando desde hace bastante tiempo y que es: Metates – Tres Molinos, la cual implica pasar por caminos desconocidos, siguiendo referencias de las personas de los lugares por los que pasaré.

Son las 9am de un frío domingo de finales de noviembre, voy tomando carretera a Mazatlán y paso el retén de soldados que está justo a la salida. Para mi sorpresa no hay uno solo a la vista, disminuyo un poco mi velocidad pero enseguida acelero de nuevo para no perder impulso ante la próxima subida. Es en ésta donde encuentro una motoneta Honda 100cc y al principio me sorprendo un poco, ya que no es común ver un motor tan chico en carretera y menos siendo motoneta, aunque luego reflexiono que seguramente va a algún poblado cercano. Delante casi al terminar la primera sección de curvas “buenas” me detengo para tomar una foto panorámica de la ciudad de Durango y de paso a la motoneta. Pasa la Honda con su decidido piloto y me saluda sonando el cláxon.

Sigo tomando más fotos por algunos segundos, reemprendo la marcha y aunque yo creía que alcanzaría fácilmente a la Honda tardé un poco, sobre todo gracias a que el terreno es plano y la motoneta sin mayor problema circula a 80km/hr, una velocidad respetable. Aunque puedo circular más rápido me voy a su paso, a una distancia bastante prudente para que no sienta que lo voy presionando y así nos vamos por unos kilómetros hasta que en una subida pronunciada se asienta bastante su motor y es que decido adelantarlo e irme a mi paso. Luego de este tramo de subida sigue otro pedazo plano e incluso con bajadas, pasando por El Pino y Metates y aquí me voy a 80km/hr, no tarda en alcanzarme y cuando comienzo a bajar a Río Chico lo hago a buena velocidad con la intención de adelantarme para detenerme más adelante y tomarle una foto.

Luego de que ha pasado reanudo mi marcha y es aquí cuando me llevo una grata sorpresa y es que veo cómo la Honda traza excelentemente las curvas. Yo siempre había pensado que las motonetas eran complicadas en curva y más en carretera, pero al menos este piloto logró mover muy bien sus dos ruedas. Bajamos hasta el arroyo y cuando la carretera comienza a subir de nueva cuenta la Honda va sufriendo por la falta de potencia así que lo adelanto, luego ya casi al terminar de subir el cañón me detengo en una parte donde siempre había querido hacerlo para tomar unas fotos, me pasa la motoneta y cuando decido lanzarme a alcanzarla ya no puedo hacerlo ya que yo tenía como objetivo llegar a desayunar a las Gorditas Eriliz, paso éste punto continúo por unos metros y en la recta de la Palmita veo que ya va muy lejos, mucho más de lo que mis planes me lo permiten para acompañarlo por ésta ocasión.

Me regreso a almorzar y me encuentro con el mismo lugar que durante casi un año estuve frecuentando junto con ex-compañeros de trabajo prácticamente a diario. Se trata de un modesto restaurant a pie de carretera que es frecuentado por camioneros que una vez que lo descubren no pueden dejar de llegar para saborear los ricos antojitos que aquí se ofrecen, desde quesadillas, gorditas, burritos, etc.. Las mesas de afuera están repletas de camioneros e incluso en las de adentro apenas y encuentro lugar, pido lo que en mi opinión es obligado en cada visita: unas gorditas de chicharrón prensado. Una disculpa por la foto de la gordita recién mordisqueada, pero eran tantas las ganas de probarla después de tanto tiempo…

Charlo un poco con las personas que atienden el lugar y les pido orientación para la ruta que estoy por emprender. Poco me pueden decir así que decido irme con la única referencia que tengo que es entrar por Metates. Justo al estar pagando la cuenta (son precios realmente competitivos) veo que pasan primero una chopper, luego una GoldWing, luego otra chopper, segundos después un grupo de BMW’s, de los cuales algunos voltean extrañados de ver una moto en ese sitio ¡y no en Navios! Yo también me sorprendo de ver motociclistas ya que el domingo pasado no vi casi a ninguno por esta misma carretera. Regreso algunos kilómetros por donde llegué y en Metates tomo el camino de terracería que sale al sur y que según creo me llevará a mi destino (Tres Molinos). Aún en la planicie me encuentro con un pequeño poblado (del que ignoro el nombre) donde en mi camino se atraviesa una puerta, así que regreso con unas personas que había visto metros atrás y les pido informes, a lo cual me sugieren irme por otro camino que me llevará casi hasta a mi destino, ya que por el que yo tenía planeado seguir es más probable que me pierda debido a la gran cantidad de desviaciones que tiene.

La terracería que me han sugerido es algo accidentada aunque capaz de ser transitada por cualquier camioneta. Tal como me había indicado el señor en el pueblo me encuentro con la primera de las dos puertas, la paso y más adelante veo una señalización de “Single track” que hace referencia a un camino para ciclistas de montaña (una vereda) que se usó durante la última edición de El Alacrán Bike Marathón 80k. Yo prefiero continuar según las indicaciones que apenas recibí por el camino para camionetas y para mi sorpresa pese a que estaba en terreno plano y casi sin árboles en pocos metros hay una población de pino cada vez más densa.

Me sigo encontrando con más letreros de la competencia ciclista, de la cual al parecer el camino por el que voy fue usado como de acceso y/o para categoría de principiantes. De nueva cuenta me encuentro por grandes espacios abiertos sin árboles, algunas represas, tramos donde el camino prácticamente desaparece y sólo por intuición se puede seguir.

Después comienzo a bajar y se ve que el camino es cada vez más accidentado, así que por lo visto se aproxima lo “bueno” como me habían indicado en el poblado. Según me habían dicho el camino por el que debía ir es apto para camionetas, incluso hasta llegar y bajar al arroyo (Río Chico) metros antes de alcanzar Tres Molinos, pudiendo ser mi único problema algún cruce a Río Chico por la profundidad, pero mucho antes de esto, cuando el camino comienza a bajar decididamente de pronto veo que el camino ya no es apto para camionetas, más si para bicis de montaña y posiblemente para mi DR con algunas dificultades y es que estoy en la Bajada El Aguijón.

Detengo la moto, apago el motor y de inmediato disfruto la gran vista que me ofrece este paraje hasta ahora desconocido para mi. Desafortunadamente las condiciones de luz o mi inexperiencia en fotografía me impide hacer alguna toma donde muestre la grandeza del lugar que para mi fue un descubrimiento. Es increíble que tantas y tantas veces pasé por abajo, por Río Chico viendo a ratos hacia arriba, a esas montañas que forman el cañón y sobre las que ahora estoy. Creo que este intento de ruta de Metates – Tres Molinos pese a no haberme permitido llegar a mi destino me regaló el descubrir este lugar, al que seguramente regresaré ya que sin duda aquí se observan atardeceres increíbles.

Luego de caminar por el lugar, descender un poco y tomar más fotos decido regresar y ahora mi preocupación es por elegir correctamente el camino por el que llegué ya que encuentro diversas desviaciones que me pudieran sacar por otro lugar o conducir a algún otro lugar inesperado. Llego rápidamente a Metates, tomo la carretera de regreso a Durango y ya casi llegando veo algunas motos deportivas, unos auténticos 46’s completamente equipados con sus monos de piel, casco, guantes, botas, etc. diseñados para el fin. Me da gusto que aún con el frío de la temporada sigan saliendo a carretera, pero luego me pongo a reflexionar algo que últimamente me viene a la cabeza y es que a los poseedores de estas grandiosas máquinas (Yamaha R1 y R6, Honda CBR, Suzuki GSX-R, Kawasaki ZX-R, etc.) les hace falta un circuito o pista donde puedan desfogarse y sacarle el máximo provecho a sus máquinas como lo hacen en carretera, pero de una manera mucho más segura y controlada. No pongo en duda su capacidad para dominar y controlar sus potentes máquinas, pero en carretera siempre hay demasiadas cosas que están fuera de nuestro control como motociclistas, pero ellos al ir a una fuerte velocidad siempre están mas expuestos a sufrir algún accidente.

Llego a Durango a las 12pm, luego de recorrer 100km de pavimento y terracería, descubrir un nuevo sitio muy recomendable para pasar un rato tranquilo, muy cerca de la ciudad, ¿te gustaría ir? Queda como pendiente reintentar esta ruta pero ahora no desde Metates, sino abajo en Río Chico, para tomar un camino que va del lado izquierdo del río y que creo que posteriormente lo cruza y sube a las montañas que están frente a las que circulé esta ocasión.