“Soy el motociclistas que rueda mirando hacia el cielo, puedo rodar cuantos km estén en mi mente, soy quien crea las reglas tratando de recordar todos esos atardeceres arriba de las dos ruedas, puedo rodar con los ojos vendados, ya no necesito saber a dónde voy para entender que puedo rodar cientos de miles de km y ver que todo esto ha valido la pena… nos verán rodar a Cuatro Ciénegas”
Mis queridos amigos ¿Cómo andan? Como siempre y de todo corazón espero que bien y disfrutando de sus motos recorriendo este bello país y si esto no es así no se preocupen cuando menos lo vean ya estarán rodando.
Hoy hay nueva entrada, les vengo a contar como me fue camino a Cuatrociénegas en el estado de Coahuila espero se quede a lo largo de esta entrada, pero sobre todo esta pueda ayudar a darles ese impulso que les falte para ¡salir a rodar!
La semana santa del 2018 estaba rodando hacia Baja California, uno de mis viajes más largos hasta ahora, para este año no tenía muchos planes de salir, era difícil buscar un recorrido tan épico como lo puede ser la Baja, pero como casi siempre sucede hubo algo que detono y permitió que las cosas se dieran.
Los planes de ruta prácticamente iniciaron un mes atrás, veía la posibilidad de que alguna marca prestara una moto, por las fechas fue imposible conseguir alguna, terminamos por “rentar” con los amigos de Bike Adventure una BMW F700GS y cuando digo rentar lo pongo entre comillas pues tuve la atención personalizada de Francisco Mendoza, al contarle mi plan sin dudarlo me dijo “la moto que quieres cuenta con ella” así que a pesar de no tener moto para esta rodada uno de los ingredientes principales ya estaba listo.
Comente con otro muy apreciado amigo mi plan, sin rechistar me dijo vamos, otras 2 personas se estaban apuntando pero por varias cosas, que suelen pasar, al final del día terminamos siendo solo 2 motociclistas rodando hacia Cuatrociénegas.
Día uno de ruta Toluca – San Luis Potosi, un trayecto de trámite.
La ruta tuvo varios cambios, tenía planeado rodar de Toluca a Monterrey, una ruta que ya tengo bien grabada en la mente, por cuestiones laborales de mi amigo de ruta y por tener que estar de vuelta el domingo, el plan de ruta se modificó, nos veríamos en San Luis Potosí el miércoles por la tarde. El día de hoy rodaremos muy, pero muy relax.
Regreso a casa con la moto de BikeAdventure, subo las cosas, ajusto, reviso todo lo pertinente en la moto, me cambio, equipo al 100, playlist para rodar a gusto, mensajes de que ya voy saliendo y pum que inicie mi camino a Cuatrociénegas. No llevo prisa si bien S.L.P capital no esta tan lejos, tampoco representa pocos km, primer tramo de Atlacomulco a El dorado, entronque con la México – Querétaro y posteriormente libramiento de Querétaro a S.L.P y en todos estos km les puedo decir que son puras rectas, el tramo que más me preocupa es el de Querétaro a S.L.P, en ella va mucho camión de carga, dobles remolques y uno que otro amante de la velocidad en dos ruedas, sumen que de Palmillas a Libramiento de Querétaro el cemento de la carretera esta parchado, averiado, bachudo, en pocas palabras en mal estado, caer, tronar las llantas o simplemente ser víctima de un descuido no está permitido.
Al no llevar prisa, salí de Toluca a eso de las 13:00 hrs, se me fue la mañana, a más tardar debo estar a las 18:00hrs en el punto de encuentro y cuando digo a más tardar es porque voy parando a cada rato o de plano voy en baja cc.
A eso de las 17:21 estoy llegando al hotel donde ya me espera Edgar, nos ponemos al tanto de las vicisitudes de cómo nos fue en el camino, aprovecho para ponerme algo mas cómodo y nos vamos a cenar al centro de la capital potosina, el camino de Toluca a S.L.P fue un trámite casi sencillo.
Tenía muchas ganas de comer donde una vez mi papá me llevo a probar un buen pedazo de T-Bone, jugoso, con papas grandes y abundante guacamole, de esto les hablo hace ya 16 años, sin embargo, son de esos recuerdos que se te quedan por toda la vida, buscamos un buen lugar para comer, es algo complicado encontrar estacionamiento cercano al centro por momentos se siente el calor de las motos, no les gusta estar en el tráfico.
Seguramente los recuerdos de cuando eres niño, se almacenan de una forma muy aumentada, he pedido una arrachera, papas y algo de guacamole, no encontré un corte en el menú así que tengo que conformarme con lo pedido, me habría gustado que mi primera mordida a modo de “ratatuil” me remontara a ese tiempo de mi niñez, a ese tiempo cuando vivía mi papá, hoy esos recuerdos tienen otro nivel.
Después de cenar, llamar a la familia, ver el espectáculo de la iglesia y recorrer el centro de S.L.P ha llegado la hora de ir a descansar, mañana tendremos que llegar a Cuatrocienégas y si todo marcha bien al día siguiente Durango y Zona del Silencio nos espera.
Recorrido del 1er día.
Día dos de ruta S.L.P – Cuatrociénegas Coahuila, aquí no conocía.
Han pasado ya casi 10 años de cuando un amigo de Durango (Aarón) me platicaba de su viaje que haría hacia zona del silencio y Cuatrocienégas, recuerdo leer con mucho entusiasmo esos relatos, a partir de ese momento me dieron muchas ganas de visitar este lugar, sinceramente lo veía muy complicado, en aquellos días solo rodada en motos de baja cc y la organización de estos viajes era complicado, supongo que el ahora simplemente ponerme a rodar hacia dicho punto de mi país ya representaba la puesta en marcha de algo pendiente.
Son las 06:15 mi compañero de ruta ya se ha levantado, debo hacer lo propio y alistarme, pasas unos cuantos minutos, no llevamos prisa, pero si hay que llegar temprano a Cuatrocienégas para alcanzar a dar el roll por la poza azul y al día siguiente visitar la mina de marmol y ahora si correr a Zona del silencio, lo que pasa a continuación cambiaría nuevamente los planes de ruta.
137km me apresuro a cargar gasolina para inmediatamente pasar al baño, no sé si el desayuno me ha caído de peso o fue la comida de un día anterior, sea lo que sea es preciso hacer para técnica, termino, salgo a esperar a Edgar, él también pasa y yo sigo reposando, solo veo el intenso tráfico de la 57 Matehuala – S.L.P, recuerdo el viaje a Monterrey, el paso con la Seca y por momentos cuando íbamos a Durango, he pasado esta carretera en condiciones menos favorables, así que debo de continuar y seguir avanzando, ya estamos aquí.
Es de esas carreteras difíciles, sientes una vibra muy rara, rectas que te puede dormir en cuestión de segundos, veo muchas llantas reventadas, paso tantos tráilers que estoy seguro que el próximo reventara sus llantas, acelero y encuentro esas ráfagas de aire, las molestias del estómago siguen, el sol va calentando poco a poco, por momentos se me hace complicada la ruta, de momentos pienso en que sera hacerlo en una 124cc, de mientras llevo un paso mínimo de 145km/hr y si lo preciso, según yo para no dormirme abrir gas y dar a 197km/hr, en una 124cc solo puedes mantenerte a 90km/hr, si te va bien a 110km/hr pero es todo, rodar en baja cc tiene su ciencia y no es para todos.
“Mas no te asustes flaco siempre se me pasa, me gusta andar a lado del camino intentando tomar una buena foto, subirme a cuanta moto pueda, pensar en rutas por conquistar, hacer amigos en el camino, divertirme entre curva y curva, me gusta rodar”
Nos encontramos a la entrada de Cuatrociénegas obvio tenemos que parar a tomar la tradicional foto, después de todo esto no esta tan lejos, si, ok si esta retirado pero hacerlo en la 700GS ha resultado sencillo después de todo, a lo mucho con lo que hemos batallado ha sido con el aíre, me recuerda el viaje de hace un año, ese aire que casi nos acostaba las motos en la baja en baja, ahora fue algo similar, no por mucho tiempo pero si fue presente.
Tenemos que armar un plan y rápido, en el municipio por ser semana santa hay un evento, toda la ocupación hotelera esta al 110%, a pesar de que estuve hablando con casi 3 semanas de anticipación no pude encontrar hospedaje cómodo, lo único que encontré fue un espacio a 15km del pueblo, los abuelos wods…
Nuestro plan original era llegar cuanto antes a Cuatrociénegas e irnos de inmediato a la poza azul, después de esto nos llegaríamos a nuestro campamento y al día siguiente saldríamos lo más temprano posible para ir a las minas de mármol y partir a Zona del Silencio, solo que había un problema, bueno de hecho eran varios!
1. Ya tenemos hambre
2. Estamos a 1 hora de que cierre la poza azul.
3. No tenemos a donde llegar en la Zona del Silencio (es aventurarnos)
Decidimos buscar lugar para comer (primero lo primero) en lo que hacíamos esto pusimos las cartas en la mesa (de hecho, en el asiento de las motos) preguntamos a los guías de turismo y todos nos decían que en 10 a 15 minutos hacíamos el recorrido, sinceramente no les creímos teníamos nuestras dudas, nos fuimos a comer, en la comida nos dimos cuenta que lo mejor era quedarnos y recorrer con calma la poza azul, dunas de yeso, minas de mármol y río Mezquites, zona del silencio, y pasar por Durango quedaran pendiente para otro viaje. Ahora bien, había otro detalle que no estaba previsto y este era que no teníamos hospedaje para nuestra segunda noche…
Terminando de comer nos decidimos por buscar hospedaje para la segunda noche, recorrimos todo el pueblo, buscábamos en el mapa, hablábamos, íbamos a otros que nos recomendaban y uno tras otro, todos nos decían que no tenían habitaciones disponibles, después de caminar por todos lados y ya convencidos de pedir un pequeño huevo en el Abuelo Woods a lo lejos vimos una hotel, nos fuimos a preguntar y el que atendía nos dijo lo mismo que los otros “No hay habitaciones” pero les puedo rentar unos cuartos de una casa.
Por un momento lo pensamos, aun teníamos esperanza que encontraríamos algo mejor, regresamos y ya sin rechistar pagamos por esos cuartos que serían nuestra morada del segundo día en Cuatrociénegas.
Nuestro campamento “el Abuelo Woods se encuentra en el ejido el oso a unos 15 km de Cuatrociénegas con dirección a San José de las Piedras, nos tocó ya prácticamente llegar de noche por lo que no vimos la entra y nos perdimos en medio de la nada con una negra noche en los hombros, por suerte había señal y pude contactar a los encargados.
No hace frío es una noche templada para su amigo y servidor de Toluca, me siento bien, a gusto pues estamos disfrutando del lugar, poniendo la tienda de acampar, acomodando todo, lamentablemente no hay nada cerca (a 15km de distancia) entonces pues estamos en un lugar silencioso el único ruedo es la voz de los vecinos campistas uno que otro con su música, pero el sitio es realmente grande que no importa, por si fuera poco estos respetan y no suele haber la típica lucha por saber que bocina se truena primero…
Aprovecho para salir a disparar unas fotos a las estrellas, me doy cuenta de que me hace falta mucha práctica para esto, no logro sacar todo el provecho a mi equipo, me falla a la hora de enfocar al infinito, supongo que tendré que seguir practicando, paciencia será mi segundo nombre.
Recorrido del 2do día.
Un nuevo día
Es el tercer día de viaje, a pesar de otros viajes este suele ser algo relajada, no hay necsidad de rodar cientos de km para llegar o cumplir con el plan de viaje, no, hoy no, solo tenemos que disfrutar y vivir la experiencia.
Después de recoger las cosas y hacer un pequeño desayuno (algo que compramos la noche anterior en algún oxxo) estamos listos para hacer una pequeña pero sustancial ruta por los atractivos que nos ofrece Cuatrociénegas.
Nuestro primer atractivo seria la poza azul, para llegar a este punto debes de caminar algo así como 1.2km, por alguna razón algunos pasaban en autos, pienso que al ser una “área protegida” sería una idea millonaria que a la entrada te rentaran o dieran la posibilidad de irte en bicicleta, ayudaría para hacer ejercicio y seguro tendría menos impacto ambiental por los autos que ya no entrarían
Al parecer somos de los primeros visitantes del día, hemos comprado un “paquete” que incluye entrada a otro lado, el guía es opcional, iniciamos nuestra caminata y tenemos a la lejanía montañas que son testigos que alguna vez por donde vamos caminando era el lecho marino, no deja de asombrarme que a donde ahora piso era el fondo del mar.
Seguimos caminando, es una caminata amena, aprovecho para platicar y conocer un poco más a Edgar a pesar de que ya llevamos varios viajes uno siempre puede aprender algo nuevo de los amigos, ¡eso es sorprendente!
Sin previo aviso vemos una pequeña estructura de madera, al parecer llegamos, un letrero nos confirma que estamos ante la poza azul, las fotos no hacen justicia al panorama, por una parte, hay mucha gente tomando fotos para la selfie, esto me recuerda que estamos dejando de lado lo importante, las diferentes tonalidades de azules reflejan mucha tranquilidad, obvio la gente a su alrededor es un contraste que minimiza este efecto, por cuestiones de la naturaleza no permite entrar a esta poza.
Efectivamente no tardamos más de 15 minutos de estar en la poza, sin embargo, la caminata ida y vuelta nos llevó casi la hora, entonces bueno fue una buena elección el quedarnos para recorrer con calma, nuestro siguiente destino serán las dunas de yeso.
Las dunas de Yeso se encuentran a 15 km de Cuatrociénegas y a unos 6km de la posa azul el camino son rectas de un asfalto en muy buen estado, es tan bueno que agarro vuelo y sin darme cuenta me paso de la entrada (no está bien señalizada) Edgar si nota la entrada, ya estábamos en la entrada a las minas de mármol, pregunta y en efecto le han dicho que ya nos hemos pasado.
Estamos por entrar a un área de arenas blancas (cristales de sulfato de calcio). Es un sitio único en su género, considerado como el más importante del país, y uno de los 3 principales de América.
Cuenta con una singular belleza paisajística, con flora y fauna del área. Dentro de las dunas de yeso, la zona más concurrida es conocida popularmente como “El Castillo”, debido a su semejanza con uno de estos. “El Castillo” es una de las eminencias topográficas presentes en la zona, las cuales se forman por la acumulación de arena blanca sobre los troncos de árboles fosilizados.
Vuelve a mi mente que esto alguna vez estuvo lleno de agua, no somos nada… En lo que dejamos las chamarras y cascos vemos que va llegando otro motociclista, se nos queda mirando, respondemos con un saludo y el hace los mismo, conectamos de inmediato, me recordo a cuando hacia mis primeras rutas por el Estado de México, me recordaba lo que era ver a “alguien conocido” en este caso otros motociclistas de alguna manera no te sientes solo, aunque estés rodeado de más gente.
La poza azul me dejo impresionado era un lugar que tenía que conocer y que apenas unos meses lo veía distante, pero las dunas de yeso descollaban por todo lo alto y confirmaban una vez más que la mejor decisión fue quedarnos para conocer todo esto, fue tal vez mi parte favorita de este viaje.
Como podrán ver en las fotos andamos descalzos, parecerá increíble pero la arena no quema, estábamos mínimo a unos 42º y la arena estaba fresca ¿adivinen por qué no quemaba?
En todo este recorrido nos hicimos de un nuevo amigo, Alex Delgadillo, el motociclista que saludábamos a nuestra llegada resulta ser que vivió un tiempo en Toluca y posteriormente por cuestiones de trabajo se mudó a Monterrey, había salido temprano para llegar al mismo tiempo que nosotros, nuevamente la máxima del sitio como casi siempre se cumplido “nos vemos en el camino” a la salida de las dunas probamos de unas paletas de sandía y otros sabores, las paletas más frescas que podrás comer en toda la galaxia, seguimos la plática y contando el trayecto que teníamos planeado, nuestro amigo se adelantó y nosotros nos dirigimos hacia la mina de mármol.
La mina de mármol está a menos de un km de distancia, nos tardamos más en salir del camino de terracería de las dunas, al llegar vemos una especie de estacionamiento, pienso que tendremos que dejar la moto y caminar sin embargo el acceso en moto está permitido, parece que ese estacionamiento es para los camiones.
En el video no se aprecia mucho pero es un camino estrecho, donde va gente caminando y hay algunos surcos y si cometes algún error seguramente visitaras suelo y una probable caída de cientos de metros, voy algo nervioso, procuro relajarme y disfrutar el camino, me paro doy gas y procuro no atropellar a nadie, cuando menos me doy cuenta estoy en la parte alta, lo logre, sin embargo pienso que me falta el regreso…
Hace mucho calor, llevar todo el equipo aumenta unos cuantos grados, es tiempo de retirarnos, nuestro último punto a visitar será el río Mezquites, aquí podemos nadar, tomar unas cervezas, algo de comida y disfrutar de un buen rato en aguas cristalinas, el lugar está completamente lleno y a pesar de que aún hay mucho espacio (para otras personas) los administradores del lugar limitan el acceso, lo cual hace que el lugar no este atiborrado de gente.
Después de una buena nadada y estar descansando es tiempo de regresar al pueblo, visitaremos un restaurant que tiene buena pinta, al menos esta lleno y tenemos que esperar para que nos asignen mesa, el buen Alex de Monterrey nos acompaña (lo encontramos en el Río) siempre es bueno hacer amistades en el camino.
Es tiempo de conocer el cuarto que hemos rentado, tardamos casi media tarde, se encuentra en una casa que a su vez tiene más cuartos, un patio común, al llegar vemos una camioneta y acomodamos las motos de tal forma que estén seguras y por si alguna razón nos deja encerrados podamos salir con facilidad, saldremos temprano y a esa hora es difícil que los vecinos se paren con todo el gusto y muevan su auto.
Recorrido del 3er día.
Un nuevo despertar.
07:30 am me encuentro arriba de la moto llevo al menos 60 minutos desde que me desperté, como siempre el buen Edgar se paró primero y se alisto para no salir tarde, se agradecen estoy detalles, sabe que hay que meterle km y no rechista en ningún momento, solo me dice “hay que seguirle carnal” buen amigo de ruta sin duda alguna.
Nuestro paso es rápido en menos de 45 minutos ya llevamos recorridos nuestros primeros 60km mantenemos un paso de 135km/hr y cuando podemos lo llevamos a 160km/hr la 57 Monclova – Monterrey está completamente sola, nos encontramos con muy pocos autos, el clima no podría estar mejor, es un día despejado, no hay frío, el calor aun no pega y por si fuera poco vamos rodando a muy buen paso.
Estamos pasando Saltillo, paramos a cargar gasolina, aprovecho para ver el mapa y saber a cuánto tiempo estamos de nuestro próximo destino, tomaremos la 54 Saltillo – Zacatecas, íbamos a muy buen tiempo hasta que la ruta del GPS nos mandó por otro lado.
No le tomo mucha importancia a la desviación por donde nos manda el GPS, sin embargo el camino está cambiando, por todos lados vemos tierra desértica, al salir de la 54 tomamos rumbo hacia “El Salvador” el GPS marcaba que a partir de este poblado estaríamos a solo 64km de nuestro destino, que bien, son menos de las 12:10 y estamos tal vez a menos de una hora de llegar a Real de Catorce.
1er letrero “Tanque Escondido”, 2do letrero “Escondida”, 3er letrero… un hombre levantando a una serpiente, yo no la vi pero Edgar si, varias veces la carretera pasa unas vías del tren, es un lugar extraño, inicia esa sensación de “por aquí no es el camino” confió en el GPS y solo sé que son menos de 60km para llegar a nuestro destino, llegamos al poblado de El Salvador, se ve que una noche anterior tuvieron algunos festejos, hay cuatrimotos y camionetas, parece que irán alguna lugar a divertirse, aprovechamos para la foto y estirar las piernas, nuevamente veo el GPS y veo que estamos cerca del destino, me siento bien pues aprovecharemos la tarde en Real de Catorce.
Salimos del poblado y el GPS me indica que, de un leve giro hacia la izquierda, me sigo a la derecha pues lo que tengo a mi izquierda es una brecha que va a lado de la vía del tren, regreso y me adentro por dicha brecha, tratando de buscar el camino, recorro unos 3 km y a lo lejos puedo ver que se trata de una recta que se mira interminable, el ruido del tren me toma por sorpresa, se escucha perfectamente cómo pasan los vagones, el rugir de la máquina, hacen sonar su escandaloso claxon como si avisaran de algo, al mismo tiempo voy pasando por baches con arena muy fina, mi llanta delantera se hunde y sale, la trasera hace lo mismo solo que con un leve coleteo, no lo pienso dos veces y me regreso, encuentro a Edgar apenas entrando a la terracería y le pregunto si quieres irse por este camino que nos manda el GPS, al inicio lo noto seguro pero conforme avanzamos me tengo que parar y le comento que será mejor regresar y seguir el camino de asfalto, sin pensarlo damos vuelta.
El camino por donde vamos pertenece a Zacatecas, pero a su izquierda encontramos a Nuevo León, hacia el frente a San Luis Potosi y hacia nuestras espaldas Coahuila, si seguimos la brecha de terracería llegaríamos a S.L.P sin embargo creo que es aumentar el riesgo, una llanta ponchada, una caída o encontrarnos en el momento y lugar menos adecuado, checo mi indicador de gasolina y puedo ver cómo ha bajado una línea del indicador, tengo medio tanque, así que tengo 150km para encontrar una gasolinera, la carretera ahora es más solitaria, tenemos el sol del mediodía en nuestros hombros, me fijo en un letrero de “máxima velocidad” y lo único que puedo ver es que es una coladera de tantos impactos de bala que le han dado, espero no encontrarnos con los responsables de dicho acto.
Para aumentar mis ansias de encontrar la 54 siento un piquete en mi pierna derecha, es un piquete de abeja, por el calor no llevo el forro y mi pantalón sufrió una quemada de escape, este ha dejado el lugar perfecto para que una abeja se impacte y le dé con todo a mi pierna, inmediatamente miro a mi pierna sin perder de vista el camino, lucho por quitarme la abeja, veo como se mueve, sé que el dolor y pierna hinchada me seguirán lo que resta del camino.
42km después, un piquete de abeja y 3 cuartos de tanque, encontramos la 54, la señal aun no regresa, el GPS manda información pero no estoy seguro si sea correcta, marca 169km hace un par de horas nos faltaban menos de 65 y ahora le aumentamos más de 100, nota mental, checa bien la ruta que marca el GPS y que este no te meta la libre de la libre para luego tomar brecha…
14:50 a 24 km de Real de Catorce, se supone que a esta hora deberíamos de ir mínimo terminando de comer, pero aquí nos tienen en ruta aun, estos km restantes no serán tan rápidos, tenemos que rodar 24 km por un camino lleno de piedras, esquivando autos, camiones y más turistas.
Nos ha llevado casi una hora llegar a la entrada de Real de Catorce, vemos a varios oficiales uno de ellos aborda a Edgar, me acerco y solo puedo escuchar “¡No pueden pasar! No vengo en un buen momento, Edgar mantiene bien la calma y eso al final se contagia, aunque hubiéramos llegado más temprano habría sido la misma historia, ya estamos aquí y solo tenemos una opción, dejar las motos, regresar por ellas a las 20:00hrs, bajar las cosas e irnos al hotel.
Esto no sería fácil, primero tendríamos que subirnos con todo y chivas a una carreta jalada por una mula, somos cerca de 20 personas de al menos 80kg, los 2.3km los recorremos a buen paso tiene mucho empuje esa mula, una vez que pasamos el túnel tenemos que esperar a que la camioneta que han rentando varios hoteles, se llene y esta pueda hacer su recorrido, no tardo más que unos 10 minutos en llenarse, por fin estamos camino al hotel.
Ya nos instalamos en el hotel, descansamos un poco, pasamos al baño y estamos listos para ir a caminar por Real de Catorce, obvio tenemos hambre y nuevamente buscamos un lugar donde la visita es obligada.
Una de las cosas que más he podido disfrutar en los viajes ha sido la comida, en esta ocasión no dejaremos de lado probar lo que el lugar nos ofrece, Edgar pedirá unas tradicionales enchiladas potosinas, las cuales están muy ricas, pollo fresco, frijoles y ese toque de una cocina mexicana de hogar, yo me pido un pozole, está servido en buena proporción lo suficiente para apagar el hambre, ahora que lo recuerdo aquel día solo habíamos consumido agua y el desayuno típico del Oxxo.
Nuestro cuarto día ha mordido el polvo llegamos algo tarde para hacer actividades que tienes que hacer en Real de Catorce, visitar el Pueblo Fantasma, hacer el recorrido en los Willys, incluso visitar algunas de las ruinas de las haciendas, nuestro tiempo es limitado, no contamos con mucho, tal vez en otro momento regresemos por todo esto que vamos dejando en el camino, un pretexto más para subirte a la moto.
Aquí vamos por las motos, esperamos un transporte que nos llevara a la entrada del túnel, después tomaremos las mulitas y regresaremos con las motos para llevarlas al hotel.
Somos los primeros en la gran fila de personas que quieren entrar, sin embargo tenemos que esperar a que salgan las personas que se encuentran en el otro lado, por un momento no pasa nada, al poco tiempo se escucha el sonido de lo que parece una camioneta con su tubo de escape roto, es correcto, es la fila de autos que ya esta por salir, parece interminable, en momentos se hace un pequeño trafico, siguen saliendo autos y nosotros seguimos esperando.
Conforme avanza los minutos el frío del desierto se hace presente, ese frío que cala en los huesos, hay un pequeño viento, que baja aun más la temperatura, quiero prender la moto y que su motor me caliente, en cuanto pienso esto, al oficial le están dando la indicación de que ya podemos pasar, por cierto nos volvieron a cobrar la entrada, a pesar de que ya estábamos hospedados (que buen negocio)
Vamos avanzando por las “calles” de real de catorce, me recuerda a Taxco con una especie de Valle de Bravo pero enclavado en el desierto acompañado de unas cuantas montañas, pienso en lo que sus primeros pobladores pasaron para hacer todo esto, seguro no fue una tarea fácil, esto me hace reflexionar y darme cuenta que soy muy afortunado por conocer mi país arriba de una moto, que no importa cuantas veces me pierda o que tan poco o mucho conozca, soy afortunado por el simple hecho de poderlo hacerlo, regresar, poderlo contar y pensar en la posibilidad de regresar.
Recorrido del 4to día.
Control llamando a Mayor Tom
Es tiempo de regresar a casa, es un regreso muy apresurado pero con toda la cautela del mundo, nuestra intención es llegar, queremos llegar ese es nuestro objetivo, primero tenemos que salir de estos 23km de camino lleno de piedras, decido llevar a la F700GS un poco más rápido, sin darme cuenta he dejado a mi compañero de ruta, ventajas de la DP, lo espero a la entrada del camino y mientras procuro que los rayos del sol inicial me calienten, pero parece que hacen todo lo contrario.
Esto es una parte de las ventajas de tener una moto con “motor grande” puedes tomar velocidades de 190km/hr, obvio esto es peligroso, el consumo de gasolina se va por los cielos y es difícil seguir este paso por mucho tiempo, sin embargo puedes rondar entre los 160-170km/hr y si a esto le sumas la experiencia de rodar largas distancias en una baja cc, la tarea de regresar a casa de un tirón se vuelve casi un aspecto de mero tramite.
Sin embargo tiene su dificultad, todo va más rápido, tienes que anticipar con mucho tiempo lo que harán los demás autos, camiones, animales y demás vicisitudes de la carretera, aparte debes de saber que no vas solo, si tu compañero de ruta de acopla ya es una gran ventaja, sino tendrás que irte a su ritmo, en fin no solo se trata de girar el acelerador.
A las 10:05 nos encontramos a 419km de nuestro destino, la carretera es pura recta, a partir de Palmillas ya en el estado de México y entrada a CDMX fue el paso más lento, de Querétaro a SLP fue lo más rápido, fue un excelente regreso, no podría ser mejor, fue rápido, eficaz y seguro.
Recorrido del 5to día.
Amigos y seguidores, gracias por llegar a este punto del relato, en verdad gracias. Así es como llegamos al fin de esta épica rodada de semana santa, fuerte abrazo a la distancia a todos los que fueron parte de ella, directa o indirectamente, recuerden que “nos vemos en el camino”
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Gracias a BikeAdventure por proporcionarnos esa espectacular BMW F700GS
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Como siempre, buen relato y fotos espectaculares.
Saludos desde Reynosa
macnifico
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