Unos kilómetros más allá

Unos kilómetros más allá, seguimos aumentando el gusto por rodar en dos llantas

Por Jonadab Rojas

Son pocas las veces que eh salido a carretera más allá de los 100 kilómetros, sin embargo la idea de salir más lejos está presente constantemente.

Mi gusto por salir a carretera en moto viene de una salida inesperada que realicé con mi abuelo hace ya unos 3 años, a un rancho donde se encontraba mi abuela (le llevábamos un medicamento), fue en una Suzuki 125 2A que después de casi tres horas de camino (2 por carretera y 1 por terracería) y saltar dos que tres potreros, nos llevó al destino sanos y salvos. Posterior a esa experiencia que me dejó las ganas de seguir saliendo, empecé a buscar en “Google” como muchos y encontré nada más y nada menos que motorutamexico.com donde los primeros relatos que leí fueron los del Profe Pitol -esto por la coincidencia de la marca de nuestras motos- así como los de Pato loco, guardián del topo, motoso y tanto más; continué leyendo y los relatos se volvieron como un vicio, sin embargo seguía siendo motociclista de escritorio. Vendí la Suzuki para enlatarme, ya que ahora tenía familia. Un año después adquirí la Kawasaki que ahora traigo y mejor aún, conocí amigos que ahora comparten esos kilómetros, ahora si empezamos a salir un poquito más.

 Ésta rodada nace de una anterior que yo realicé en solitario la tarde del jueves 7 de agosto ya después de varios meses de no poder salir por distintas circunstancias, ese día decidí escaparme literalmente.

Acompañado en gran parte por esos hermosos cerros y blancas nubes.

 

La idea era repetir el destino pero ahora acompañado.

Está fue la ruta de la primera ocasión, ya ésta ves iríamos hasta Izúcar de Matamoros pero regresaríamos por el mismo lado, no por Atlixco.

 

Decidimos que se hiciera lo antes posible, así que la fecha para salir sería el 17 de agosto a las 7:00 am.

Alistamos todo y es hora de irse, desde casa nos acompañamos Jorge (amigo y vecino), su hijo Ángel y yo. Llegando a la gasolinera ya nos esperan Raúl y Beto. Nos saludamos, hacemos unas compras y comentamos los kilómetros aproximados para recorrer y otros detalles.

Esperándonos

Jorge registra 4,799 kilómetros a la salida

Comenzamos a enfilarnos rumbo a San Bartolo y empezamos a notar que el frío nos acompañará un buen rato, después de unos 9 kilómetros la primera desviación nos llevará directo a entroncar con la carretera 455 que te lleva para Acatlán ó Tepexi de Rodríguez. Es un tramo lleno de curvas que hacen disfrutar más del camino, creo que por ser domingo encontramos a más personas en la carretera, transitamos tranquilos a una velocidad moderada de 70 km/h promedio para evitar contratiempo, aun así hubo uno que otro tope que nos sorprenden, e incluso una rejilla que se encontraba a desnivel que hace que uno de nosotros derrape y queme llanta pero nada de peligro realmente. Pasamos varios pueblitos donde algunas personas saludan y hacen lo propio regresando el saludo.

Después de casi una hora llegamos al entronque en San Vicente Coyotepec y nos estacionamos para estirar un poco las piernas (la falta de costumbre y los trabajos que nos tienes mucho tiempo sentados) e intercambiamos opiniones sobre cómo nos ha parecido el camino, y de nuevo a montarse y darle, en esa parada cambiamos de mochila, ahora Ángel se irá conmigo y mi maletín viajará con Jorge, ya preparados le damos pa’ delante, donde unos minutos después un tope me toma desapercibido y me hace derrapar tanto que los chavos creyeron que comería el asfalto, lo más preocupante es que venía alguien más conmigo, sin embargo yo no lo sentí tan feo, si me di cuenta que me incline un poco pero retome el ángulo correcto y seguimos. Pasamos de largo por Ixcaquixtla hasta llegar a Tepexi de Rodríguez donde decidimos pasar por el centro y paramos un poco en el parque para tomar una que otra foto.

De izquierda a derecha: Raúl, Jorge, Ángel y yo. Beto era el fotógrafo

 

 

Ya en esta si sale “don” Beto

 

Dos tres fotos y pas pas le seguimos, poco después de Tepexi encontramos en entronque a Izúcar y para allá vamos, ahora empiezan tramos con algunas rectas y en esos momentos nos damos cuenta que no vamos solos, sino que los volcanes nos acompañan y pues como el chiste es disfrutar todo pues que nos paramos de nuevo a fotografiar los volcanes.

Allá a lo lejos se deja ver don Goyo con su inseparable Iztaccihuatl

Una toma más cercana de los volcanes

Todos buscando el mejor ángulo de los volcanes y las maquinas posando como siempre, ellas no pierden la oportunidad de salir en las fotos.

Ya una vez que disfrutamos del paisaje le seguimos dando, nos encontramos con una camioneta llena de gente, por tramos la perdemos y por tramos vamos atrás de ella, lleva algunos niños y señoras que como dijo Jorge “bien que se fueron divirtiendo con nosotros”, yo iba al frente al principio y no sé qué tanto decian pero por ratos saludaban y de repente reían, el chiste que mejor me pase al segundo lugar y ahora empezaron a coquetear con el buen Jorge (se dice yorsh .. al puro estilo comercial de bayash), ya llegando a Coatzingo la camioneta se queda y vámonos riendo hasta Epatlán. Digamos que la carretera está buena solo que si encontramos algunos tramos medio accidentados, como ya lo comentaba en Facebook, de repente uno que otro deslave en plena curva, lo bueno es que te vas dando cuenta desde antes por la tierra que empieza a aparecer sobre el asfalto lo que indica que más adelante hay piedras en el camino, también encontramos carriles a medias con los que hay que tener mayor cuidado. El chiste es que vamos contentos porque dejamos las rectas atrás y ahora ya hay más curvas, cuando de repente se deja avistar la laguna de Epatlán y de nuevo a maravillarnos un poco.

Jorge con la laguna y los volcanes al fondo y como debe ser, la FZ que lo acompaña.

Posando con la Laguna de compañera

El buen Ángel (hijo de Jorge), a pesar de un pequeño resbalón no se intimidó y se fue conmigo la mayor parte de la rodada. Esta es la segunda vez que nos acompaña, ya es un miembro más de MRM.

La Yamaha FZ de Beto

Se acabaron las fotos, pues vámonos para la Laguna que nos espera.

Ya como a las 11:30 am, en menos de lo esperado encontramos la entrada a la Laguna de Epatlán, así que entramos por una corta muy corta terracería y ya estamos frente a un restaurancito llamado “La sirena”, donde nos decidimos a saciar el hambre, encontramos que es un lugar tranquilo para comer y no sale caro comer allí jeje. En ese lugar estuvimos aproximadamente dos horas entre la comida, la plática y le hacíamos bullying a Raúl (ligero, nada que no pudiera aguantar).

Aquí algunas fotos de nuestra estadía.

La próxima vez entraremos de aquel lado

Muy cómodo lugar para descansar y comer

Esperando el servicio

¿Alguien gusta?

Los volcanes nos acompañaron a comer

Mientras ellas descansaban a la sombra de un árbol.

Ya después de pedir en repetidas ocasiones la cuenta, es hora de partir para el siguiente punto: Izúcar de Matamoros. No sin antes despedirnos de los que allí comían ya a esa hora, y para nuestra sorpresa una pequeña princesa desea subirse a la moto de Beto, la abuelita la lleva y le toma la foto del recuerdo.

Llegamos a Izúcar y nos dirigimos al parque (la verdad no sabía a donde más podríamos ir). Damos unas vueltas por el parque y por el calor que se sentía decidimos echarnos una chamoyada

En un principio se habían tomado de la mano pero consideramos que esta foto era más adecuada.

Que mejor manera de disfrutar la rodada que en la compañía de su hijo.

Después de terminadas las chamoyadas llegó la hora de partir de regreso a casa, compramos algunos souvenir’s y a montarse de nuevo a las motos, ya de regreso nos detemos pocas veces, la casa espera.

Regresando a Casa

https://www.youtube.com/watch?v=aZFj9kFHxU4&feature=youtu.be

El buen Raúl posando para la cámara

Ángel y yo a todo lo que da la Kawa (es broma, no corremos)

Don “Beto” muy sereno

Jorge a la punta con su Fz negra, directo a Tehuacán

Llegamos a Tehuacán por eso de las 7:30 p.m. y cada quien para su casa, bueno, Jorge, Ángel y yo nos vamos juntos.

Contador final 5,163 kilómetros. Recorrimos 364 kilómetros que ya nos hacían falta. Hasta el momento lo más lejos que hemos salido creo.

Saludos a todos los amigos de Motoruta México.

No vemos en el camino.

Jorge – Ángel – Jonadab – Beto – Raúl