Si crees que la aventura es peligrosa…

“Si crees que la aventura es peligrosa, Prueba la rutina, es mortal”. Esta es una frase del escritor Paulo Coelho que escuche poco antes de esta aventura, no he leído ninguno de sus libros, pero esta simple frase me invita a hacerlo, pero también me puso a pensar en que hacia rato que no salía yo solo a rodar, a rodar como a mi me gusta rodar, meticheando sin rumbo fijo, sin planes y sin la certeza de que vendrá.
Cargue la herramienta básica en Tuercas y tome rumbo a Cueramaro, por ahí tenia un par de pendientes, pues esta una hacienda que el buen Beto y un servidor dejamos pendiente en aquella ocasión que fuimos a Arandas y por los relatos de Benjamín Arredondo sé que también hay un lugar que vale la pena visitar.
Voy absorto en mis pensamientos, rápidamente deje atrás León, San Cristóbal, pase el centro Fox, la Sandia, Jesús del Monte, la Muralla y varios ranchos mas, cuando alcanzo a ver de reojo una finca que llama mi atencion, pese a que he pasado varias veces por aqui nunca la habia visto.

Es la Hacienda de Tutitlan o Tultitan, pues aquí tengo la duda ya que yo apunte el primer nombre y Romano me dice que es como el segundo, pero como aun es Municipio de Romita y son sus terrenos vamos a creer en Romano.
Alrededor de la Hacienda hay casas humildes, pero nadie a la vista, en una pequeña tienda una señora mayor me dice que ahorita no hay gente, cosa que comprobaría al ver que la Hacienda esta cerrada desde afuera con cadenas.

Recorrí la Hacienda por fuera y tome varias fotos del esplendido edificio y de una de las bodegas que recuerda otros tiempos, por desgracia casi no tengo datos de esta Hacienda, pero a la vez es la invitación para regresar y aprender más.

Seguí con la ruta hasta las cercanías con Cueramaro, ahí tome la carretera de Arandas, aquí comienza la sierra de Pénjamo y hay unas curvas rápidas muy agradables, así como paisajes vistosos pero voy enfocado en llegar a Atotonilquillo y no me detengo.

Llego a Atotonilquillo y recuerdo cuando pase aquí con Beto, prometiendo volver con más calma, de eso hace ya bastante tiempo, pues en ese entonces apenas estaba estrenando a Vivi.

Lo primero que hago es recorrer el edificio por fuera, pero pues no veo a nadie, así que me acerco a la puerta la cual esta abierta, ahí veo un letrero que dice visitantes 15 pesos, fotógrafos 300, favor de pagar a don Pepe.

Pues voy de metiche para adentro, veo a unos amigos pintando y les pregunto si puedo recorrer la Hacienda a lo cual acceden y me indican donde se encuentra don Pepe para pagarle.

Don Pepe no se exactamente que trabajo desempeña en la Hacienda, tiene el aspecto de hombre rudo de campo, seguramente tiene mas años de los que aparenta y parece ser alguien de pocas palabras, aun así se muestra amable y me da un par de indicaciones para recorrer el lugar, también me invita a tomar fotos de lo que guste, pues la cuota es para los fotógrafos que llevan a los novios y quinceañeras a la foto del recuerdo.

Dagoberto quien originalmente se encontraba pintando baja del andamio y me invita a seguirlo, él es nieto del señor que compro la Hacienda después de la revolución. Dagoberto resulto ser mas parlanchín que Don Pepe y se mostro curioso de saber que hacia un motociclista solitario por ahí, cuando le platique un poco de mi gusto por las haciendas y de los relatos que subo a la web las puertas de la hacienda se me abrieron como por arte de magia.
Resulto que para cuando Beto y Yo fuimos a Arandas, Dagoberto se encontraba en Canadá y desde ahí gracias a la web vio la foto que tomamos de la hacienda prometiendo volver, también me comento haber visto las entradas de Benjamín en su blog, cosa que le dio mucho gusto.

La parte dañada de la Hacienda fue por que en la revolución les daba por colocar paja dentro de los cuartos y prenderle fuego, como las vigas son de madera el techo se venia abajo.

Dagoberto me comenta que están haciendo un esfuerzo colosal por rescatar la hacienda y que tienen el plan de ofrecer hospedaje y de acondicionar lo que fueran las bodegas para realizar las fiestas de las bodas, esa iniciativa es excelente, pues con la tarifa que tienen para los visitantes no se cubren los gastos de mantenimiento.

Dagoberto me mostro este mural, resulta que el año pasado filmaron una película en la Hacienda, el titulo es “No de este mundo”…no puedo imaginar tener un mural así en mi cuarto, pese a mi espíritu darketo se me hace terrorífico, pero el buen arte debe de provocar reacciones.
Resulto que entre el personal de la producción venían artistas del maquillaje y de escenografía, entre ellos había gente que trabajo con Mel Gibson en Apokalipto y fueron quienes les regalaron el mural, inclusive Dagoberto fue invitado como extra y según me dijo le terminaron volándole los dientes en una escena, de a mentiritas claro esta.

Los espantapájaros son una especie en peligro como dice nuestro amigo Patoloco, el que me encontré aquí fue dejado por el personal de la película, pero hace años que no veo uno en los sembradíos, tal vez por que en realidad no sirven para espantar pájaros.

En el cuarto macabro se filmaron muchas escenas donde un niño, ve apariciones extrañas…hay que esperar a finales de este año para poder ver la película.

Pasamos a la sacristía y a la capilla, algo que me encanta es lo original y autentico que esta este lugar, Dagoberto me platico que van varios busca tesoros que les han pedido permiso de escarbar en el altar, pues era tradición colonial depositar una ofrenda de oro debajo de este, eso explica el deterioro en varias capillas antiguas donde los busca tesoros parecen termitas y aceleran el deterioro de los inmuebles, pero aquí en esta hacienda se han negado.

Otro detalle que me llamo la atención es un ángel encargado de cuidar el techo, el paso de los siglos le ha cobrado factura y a perdido la cara, pero sigue fiel a su tarea.

En el taller me sorprende la cantidad de telebrejos, hay yuntas, viejos sombreros, sables, lámparas de aceite, viejas fotos y hasta un viejo Prisaurio.

Me llamaron la atención unos monitos prehispánicos y según me comenta Dagoberto son originales y los han encontrado en los sembradíos, también me platico de una pirámide que esta enterrada en un cerro vecino la cual no ha sido explorada…caso lamentable, en León se han perdido pirámides con la construcción de fraccionamientos y en Alfaro hay construcciones que de igual manera no han sido rescatadas, creo que al INAH le hace falta ponerse las pilas con estos legados.

Dagoberto me mostro dos fotos una de los años 20s cuando su abuelo llego a la hacienda, se aprecia como el techo de los arcos había desaparecido, en la segunda ya por los 50s se ve como el techo a sido levantado de nuevo.

También me mostró un grafiti que dice: “víspera de la boda de…Fulanito (no supe traducir) año de 1936” eso es un grafiti con valor.

Pasamos a lo que fuera la tienda raya, la cual aun tiene el mostrador original, cuanta historia hay en torno a estas tiendas de raya, tradicionalmente se ve a las haciendas como centros de explotación y no dudo que existieran los abusos, pero es cierto que las haciendas le daban vida al campo mexicano y quien trabaja en una hacienda difícilmente se quedaba sin comer, pues las tiendas de raya les daban crédito a sus trabajadores, en algo así como los bancos de paguitos chiquitos de hoy en día.

Dagoberto también me mostro el desagüe que impide que los cimientos se humedezcan, una zanja que rodea la hacienda y cuya profundidad va de los 3m a 1m, por eso estos edificios duran generaciones e inclusive deshabitados se resisten a morir.

Me despedí de Dagoberto prometiendo regresar en el futuro, cuando quise retribuirle las atenciones recibidas se negaba a aceptar la propina, pues el recorrido y las explicaciones me las dio de corazón, de la misma manera le dije que bien podrían comprar un par de ladrillos a mi nombre y tomarlo como un pequeñito donativo para el mantenimiento de tan bello inmueble, solo así acepto.
Antes de irme me dijo que podía visitar en los alrededores la troje, el Molino y la alberca, todos a una distancia de 2km del lugar, también me dijo que visitara la “Encinada” (palabra que nunca había escuchado) de las Musas y el acueducto, ese lugar era el que había visto en el blog de Benjamín.

Ya me andaba animando a hacer cambio por la cegadora, imaginen lo divertido que seria abrirte camino con esas cuchillas entre el trafico jeje, pero luego pensé en todo el combustible que se tragaría semejante monstruo y ahí la deje para quien se anime, no sin antes despedirme de don Pepe, quien pidió salir en la foto.

Resulto que en la troje estaban comiendo y me pidieron volver mas tarde, asi que tome camino al molino, pero ahi asechado por una jauria de perros asi que tome el camino hacia las musas.

Las indcaciones de Dagoberto eran simples, cruzar el rio y seguir el camino principal, pero ya va mucho camino y nada que veo el acueducto, eso si las musas a primera vista se ven de lujo, si no encuentro el acueducto ese lugar valdra mucho la pena.

Me encontre este arbolote hueco por andar perdido, son de los pequellos detalles que hacen que perderse sea interesante.

Por fin en un rachito me supieron actualizar el GPS, asi ya no tube problemas para llegar al acueducto, el amigo ranchero tenia este cachorro de perrosaurio llamado Atila y no pude resistirme a incluirlo en la coleccion perra vida.

Resulto estar un tanto escodido o sera que queda muy abajo del camino y yo esperaba ver algo alto. aun asi en la parte mas alta yo calculo tiene unos 15 metros y mas de 150 metros de largo.

En la Encinada de las musas pase un buen rato antes de regresar a casa, nunca vi una mentada musa pero encontre tranquilidad y es que es raro encontrar lugares como estos en Guanajuato, principalmente porque los pocos arroyos suelen estar contaminados.

El camino de regreso fue sin novedad entre verdes campos de cultivo y granjas…les comento que me salte el relato del WRC porque estamos en proceso de elegir las mejores fotos, de igual manera MRM es su pagina y estamos abiertos a lo que gusten compartir, nos estamos viendo en el camino.

MRM MOTOCICLISMO INDEPENDIENTE