Yo era presa de Morfeo cuando, de pronto, el lejano rugir del escape de algunas motos deportivas me incitaron a escapar, pero el dios de los sueños es tenaz y, no fue sino hasta que las escandalosas Harley que pasaron justo frente a mi casa lo derrotaron y consiguieron que me levantase aún algo cansado por la lucha recientemente librada en mi interior… Con algo de desidia poco a poco me fui despertando, alcancé a intercambiar algunas palabras de manera remota con dos amigos motoruteros y entonces, como todos los días me bañé, desayuné algo, abrí la puerta, coloqué la rampa para sacar a mi medio de transporte diario pero hoy es distinto; hoy no iré a trabajar, hoy no me esperan mis compañeros ni la oficina, tampoco recorreré ese camino a través de la jungla urbana con todas esas bestias que la habitamos. No. Hoy en lugar de eso empujo con fuerza a Suzuki por la rampa hasta la calle, pues hoy es día de salir a carretera, hoy es día de rodar por caminos bien conocidos, pero lejos del tráfico citadino, envueltos en el viento de la libertad, el viento que nos permite sentirnos vivos, una vez más…
Ya bien tarde, a eso de la una del mediodía paso por Ruth para salir a rodar ese recorrido que estaba planeado para hace dos semanas, pero que finalmente haremos hasta hoy… A pesar de que el clima ha venido mejorando y cada vez hace mas calor, hoy mismo sentimos un poco de viento, pero es nada comparado con el de la última rodada… Tomamos la carretera que va a Parral, y como siempre al pasar veo ese letrero que dice “Obelisco de los insurgentes”, pero esta ocasión no lo dejaré ahí simplemente, sino que llegaremos a conocer que hay en ese sitio. Primeramente veremos si hay acceso y para esto tomamos un retorno (inexistente, que obliga a dar una ilegal y peligrosa vuelta en “U”, pero no hay otra opción). Hay una puerta sin candado, la cual solo tiene un letrero que nos pide cerrarla a nuestro paso, lo cual hacemos y tras un corto recorrido en una terracería en perfecto estado llegamos al estacionamiento del obelisco. No sabía que esperar, solamente un monumento histórico, pero el tamaño y la forma de esta construcción me impresionaron bastante; solamente me decepcionó la modernidad de la estructura, pues cuando uno visita un sitio histórico, ya sea el centro de una ciudad, alguna bella catedral, las calles cargadas de anécdotas y sucesos, lo que espera es encontrar el sitio tal cual, con su magia natural, con la carga de sus años a cuestas, y no construcciones modernas, restauraciones que más que eso son maquillajes totalmente artificiales y fuera de su curso natural, que intentan en vano revivir la belleza original que se ha perdido.
En fin, esta estructura se nota es de reciente construcción, y así lo comprobamos al platicar con el vigilante del lugar, quien es la única persona que está a nuestra llegada. Él nos recomienda acercarnos y leer la placa en el monumento para saber más. Caminando hacia el obelisco comprendí que ese era un sitio especial, ideal para algún acontecimiento histórico, definitorio.
Las nubes, la paz, el silencio, la soledad y la carga histórica de ese sitio por nosotros ignorado nos hizo compañía mientras estuvimos ahí. Decidimos irnos para continuar nuestro camino rumbo a Héroe de Nacozari, sin embargo, antes fuimos con el vigilante para despedirnos y aprovechamos para comentar un poco sobre el lugar, sobre parte de su historia dentro del entonces llamado y ahora inexistente movimiento de Independencia. Le preguntamos sobre un almacén de piedras delimitado con malla ciclónica, y nos dijo que anteriormente, cuando el camino al norte pasaba por aquí todos los viajeros llegaban y dejaban una piedra. No nos dio mas detalles de esa tradición, mismos que seguramente se han ido perdiendo en la historia pero que deben estar conservados con alguna persona conocedora. Si tu sabes algo al respecto por favor compártenos mas de la historia de esta tradición…
Tomamos a Suzuki y acelerando fuerte recorrimos el corto tramo de terracería hasta la carretera, me hubiese gustado recorrerlo una y otra vez. Tomamos camino a Durango y aprovechamos para comer una buena hamburguesa de soya, de esas tan peligrosas y dañinas y sobre todo que son causa de la devastación del campo mexicano… (nótese el sarcasmo). Con mas ganas de reposar el saludable y delicioso alimento continuamos con la rodada, tomando la salida a Zacatecas en este bien soleado domingo.
La idea es ir a Héroe de Nacozari, un poblado situado unos metros adelante de Celulósicos Centauro. La carretera está medio vacía, talvez es por el clima de inseguridad. De pronto y poco a poco alcanzo a una camioneta, la cual al ver esto acelera y se va alejando de nuevo, de pronto ya otra vez la estamos alcanzando: ambos vamos por el carril de baja, yo pudiera intentar rebasarla pero veo que detrás de nosotros viene un camión a toda velocidad por el carril izquierdo, así que aguardo detrás de la camioneta y en eso de pronto ésta se comienza a mover inexplicablemente a su izquierda; un fuerte pitido del camión la regresa a su carril. No entiendo como es que hay personas circulando en carretera que no usan su espejo lateral para cambiar de un carril a otro, pero bueno, eso explica porque hay tantos accidentes… En el kilómetro 28 tomamos la desviación a la izquierda a Héroe de Nacozari, un grandioso valle muchas veces visto de pasada pero pocas de frente y desde esta perspectiva nos recibe y enseguida nos dirigimos a buscar la plaza del pueblo o alguien a quien preguntarle por el museo del Camino Real de Tierra Adentro que según yo aquí se había habilitado.
Recorremos las calles, por la que identificamos como la principal no vemos ninguna plaza, así que llegamos con las primeras personas que veo, que son dos señores de edad avanzada y nos confirman que ahí no hay plaza, les pregunto por el museo y me dicen que ahí no existe tal cosa. Que lo único que podemos ver es el río, así que para no desaprovechar el tiempo nos dirigimos hacía allí sin saber que esperar. Vemos el principio del enorme valle y una zona arbolada, se respira un agradable ambiente de tranquilidad, como ajeno al mundo, algo que hace tiempo no vivía, en verdad. En zonas alejadas una de otra, varias familias pasan un excelente domingo, juegan volibol, pasean en cuatrimoto tranquilamente, juegan futbol, conversan, beben cerveza apaciblemente, o simplemente escuchan música degustando una buena comida. A nosotros nos cautivan los árboles del lugar, en general creo que es sitio plagado de escenas dignas de ser captadas…
Como en nuestras primeras rodadas, tardamos demasiado en decidirnos a regresar a casa, el ambiente invita a instalar la casa de acampar, ir a comprar alimentos en alguna de las tiendas de Héroe de Nacozari que está a pocos minutos de distancia y pasar una agradable velada. Aprovechamos los rayos del sol para nutrirnos de energía antes de regresar. El camino de regreso transcurre rápido, sin novedad, solamente con el sol de frente que esta vez no cala tanto como la anterior rodada, pues ahora si traigo protección adecuada para mis ojos… Ya casi en Durango veo una moto por el espejo. Parece una deportiva y conforme se acerca puedo notar que es una Hayabusa. Un buen motorutero que no anda haciendo alarde de su máquina, que rueda a velocidades prudentes pese a contar con potencia de sobra en su máquina (la cual puede alcanzar hasta 310 km/hr en condiciones ideales…).
Héroe de Nacozari no nos ofreció aquello que yo creí que tenía, pero seguramente es que tenía esa idea de un recuerdo incorrecto de alguna noticia leída; pero a cambio descubrimos un sitio totalmente recomendable para visitar en compañía de familia o amigos, pero sin perturbar la paz imperante. Si sabes donde está el museo del Camino Real de Tierra Adentro por favor házmelo saber en los comentarios, así como si sabes algo mas de la historia del Obelisco de los Insurgentes… Gracias por leerme.
Distancia total recorrida: 84km
©Aarón Martínez, Todos los derechos reservados
Primis….eahh
jaja ah que motoso… extrañaba tus primis
Desde que conozco MotoRutaMèxico, ya hace 7 meses, siempre es interesante leer tus relatos, lo escribes de tal forma que pareciera que estamos en esos lugares que tu nos muestras con tus palabras y con tus tomas, y como lo has dicho Durango tiene mucho que ofrecer, muchos lugares que conocer, buenas tomas, me gusto mucho la que se titula “De nuevo en tierra… (©Ruth Rivera)”…
Saludos cordiales…
Me saqué de onda al leer el título “De nuevo en tierra…”, parece como si volviera de un viaje fuera de nuestro planeta jajjaja, pero si, esa foto a mi también me gustó mucho, de echo ese pequeño tramo de terracería me hubiese gustado grabar video, pero sin que se lo pidiera, Ruth ya iba tomando fotos!
Ciertamente Durango tiene mucho que ofrecer, esperemos poder seguir recorriéndolo como hasta ahora, con mayor tranquilidad de la que existe actualmente.