Otinapa

Luego de una semana que se pasa muy rápido llega el domingo, el tan ansiado domingo de salir a rodar en la DR, simplemente rodar. De nueva cuenta no hay un plan bien definido, lo único que tengo considerado es ir a la Reserva de la Biósfera de la Michilía ya que es un destino que me quedaron ganas de conocer luego de una rodada anterior. De nueva cuenta entro a Quadheads.com y ahí veo que se está planeando de última hora una salida con destino a Paraíso de la Sierra, checo los detalles y suena interesante, más que nada por el hecho de que buena parte del recorrido me es desconocida y al parecer no será demasiado complicada para la DR y para mi.

Nos quedamos de ver a las 9a.m. En la gasolinera de la salida a Mazatlán ya con todo listo para salir. Llego a las 8:57a.m., aún no ha llegado nadie pero no me preocupo. A los pocos minutos llega Martín (mejor conocido como El Chamuco), luego su primo, Miguel y así van llegando todos hasta ser un total de siete personas (5 en moto, 2 en cuatrimoto), incluso ya cuando estamos casi por salir llega Manuel para saludarnos, desgraciadamente no nos puede acompañar porque aún reciente los golpes de su caída de la semana pasada.

Son las 9:24 y ya vamos saliendo rumbo a Garabitos, después de todo salimos a buena hora y vamos con buen ritmo, rápidamente dejamos atrás este poblado y vamos subiendo por la terracería que nos llevará hasta Salvador Allende, llevamos un fuerte ritmo y casi no nos despegamos, esto es gracias a que somos pocos participantes así que no hay mucho margen para formar una larga caravana. En el camino de pura subida nos vamos encontrando varios ciclistas que con gran esfuerzo pedalean constantemente para avanzar metro a metro. Mis respetos para estas personas, al igual que el Motoso siento una gran admiración por ellos y hasta un poco de pena por ir en moto, pero bueno, por lo pronto es en lo que andamos, ya después nos tocará también pedalearle. Por cierto, al rodar tras una ciclista por algunos metros en un tramo complicado decido no adelantarla sino hasta que lo pueda hacer sin molestarla, luego ya cuando lo he logrado veo que mis compañeros ya se han adelantado varios metros, me esfuerzo un poco y aprieto el paso, pero con las curvas del camino me es un poco difícil darles alcance, cosa que logro finalmente al llegar a unas rectas donde los alcanzo.

Llegamos al entronque del camino que va a El Pino y ahí se han detenido los punteros para reagruparnos. Después de unas rápidas fotos seguimos rumbo a Salvador Allende, rodando a buena velocidad, lo cual nos permite llegar rápidamente. En este tramo del camino me percato de que es la tercera o cuarta ocasión que paso por ahí en la DR, y sin duda es cuando más rápido voy, seguramente en gran parte gracias a la práctica adquirida en las últimas salidas, pero también por el fuerte ritmo que llevan mis compañeros de viaje. Antes de llegar a Salvador Allende se encuentra el Rancho Cinegético La Muralla y afuera del mismo hay una multitud de ciclistas, seguramente recién acaban de terminar una carrera o un recorrido que empezó a muy temprana hora.

El tramo de Salvador Allende a Otinapa si lo había recorrido hace bastantes años, pero sobre una Honda XR80 y después sobre una Yamaha DT200, de eso hace ya bastante tiempo. Apenas y recuerdo que el camino no tiene grandes retos, salvo el cruce de un río que es bastante rocoso y en aquellos años me parecía una situación bastante difícil. Ahora todo es diferente, lo paso batallando un poco, pero más seguro y sobre todo arropado por un experimentado grupo de compañeros. Antes de cruzar este río, en una parte del camino donde éste casi no se nota y se pierde entre el pasto voy trazando una curva y como el terreno está ligeramente húmedo apenas y aceleré un poco y mi llanta trasera patino, llegando a cruzarse bastante la moto, incluyendo que la rueda delantera se movió también un poco, creo en ese momento sólo el equilibrio me salvó de una caída, finalmente la rueda trasera agarró un poco de tracción, la delantera se estabilizó y continué el camino como si nada hubiera pasado jeje.

Luego de subir una pequeña cuesta el camino transcurre entre amplios terrenos de cultivo y nos encontramos con un tramo totalmente plano, pero con algunas curvas y la brecha es ligeramente angosta, apenas dejando por ocasiones las dos rodadas de una camioneta y en algunas ocasiones estas rodadas son bastante estrechas, por lo que hay que ir con cuidado, además de pronto el terreno está enlodado, al punto de que Rosco (experimentado cuatrimotero que recién inicia en las dos ruedas) se sale del camino luego de derraparse en un tramo de los más lodosos. Afortunadamente su habilidad y experiencia rodando en terrenos difíciles le permite controlar su moto y no cae, sólo queda en la anécdota de que se fue a abrir nuevos caminos jeje.

Rápidamente llegamos a Otinapa donde Martín se ha percatado varios hectómetros atrás que una de las llantas de su Can Am viene ponchada, lo revisa y decidimos acudir al desponchador del poblado, ya que confiamos en que hará un buen y rápido trabajo. Son las 10:54am e inician los trabajos para desponchar la llanta, mientras nos entretenemos viendo a unas niñas que andan sobre una pequeña cuatrimoto (son cuatro niñas sin casco sobre un pequeño vehículo, además un niño las va empujando constantemente) y nos damos cuenta del gran peligro que corren, ya que luego de tomarles unas fotos salen a gran velocidad, lo cual ante algún desnivel o bache en el terreno podría hacerles perder el control y terminar en alguna seria lesión. Continuamos platicando, haciendo tiempo en lo que terminan de reparar el neumático, de aquí a Navios el camino es desconocido para todos, sólo llevamos como referencia una ruta que Miguel trazó en GPS y la cual nos servirá de guía. El plan es llegar a Navios a almorzar y de ahí continuar hasta Paraíso de la Sierra, todo por terracería, brechas o campo traviesa.

Son las 11:47am y vamos tomando rumbo a Navios por un camino bastante transitable para cualquier camioneta, primero vamos en plano pero inmediatamente luego de cruzar dos arroyos el camino comienza a subir entre curvas, en las cuales por andarme quedando a tomar fotos me quedé un poco atrás, y es en una parada donde alcanzo a mis compañeros, continuamos por el camino que va en plano, a través de un bosque de pinos hasta toparnos con una puerta con la leyenda Mesa de Osos. Estamos entrando en propiedad privada, pero como no hay candado decidimos continuar a un paso muy tranquilo hasta encontrar a los encargados del sitio.

Llegamos a un corral donde había unas personas, uno de ellos, supongo el que mas conoce aquellos parajes nos indicó las alternativas para seguir nuestro camino, ya que el gran problema es que para llegar a Navios muchas de las puertas SI tienen candado. Esta persona nos sugirió regresar a Otinapa y de ahí tomar camino (pavimentado) a la supercarretera, seguir por ésta hasta pasar el puente La Pinta y de ahí tomar un camino que nos llevaría a nuestro destino. Además nos mencionó la posibilidad de algunos pequeños caminos que podríamos encontrar de regreso a Otinapa y que con algo de suerte nos llevarían a Navios.

Optamos por regresar a Otinapa y en el camino buscar alguna brecha o vereda que nos pudiera llevar a nuestro destino. Cuando el camino va bajando veo un paisaje increíble que no pude dejar de captar en mi lente, esto ocasiona que me retrase y ya para cuando alcanzo a mis compañeros ellos me están esperando porque justamente encontraron un camino que posiblemente nos sacaría a Navios, desafortunadamente esto no es así y regresamos al camino. Es aquí donde nos damos cuenta que una de las Honda XR250R (ignoro el nombre del conductor) viene ponchada de la llanta trasera, le echan aire pero esta se le sale de inmediato. Decidimos regresar a Otinapa para desponchar esta llanta ya que estábamos muy cerca de llegar.

Llegamos a Otinapa donde de inmediato desmontan la llanta de la XR250, los demás nos ponemos a desayunar un EXCELENTE menudo ampliamente recomendable en el Restaurant “Tradiciones Roldán”, a un lado de la iglesia del pueblo. Aún no llegan Miguel, el amigo de la Honda 450 enduro y Martín cuando nos llaman para decirnos que encontraron un camino que podría salir a Navios, por lo cual tardarán un poco en alcanzarnos.

Nosotros seguimos en el rico menudo, cuando el interesado va a preguntar por su llanta desponchada y se encuentra que el talachero no está haciendo su trabajo… casi una hora perdida y todo porque el señor temía hacerle daño al rin de la llanta al desmontar el neumático… Finalmente regresan nuestros compañeros luego de la gran aventura que tuvieron al tratar de explorar ese camino rumbo a Navios. Resulta que dos experimentados endureros como Martín y el de la Honda 450 recorrieron todo el camino hasta llegar a una represa, luego continuaron siguiendo el rumbo del GPS cruzando por sitios bastante complicados (al punto de terminar agotados) pero desgraciadamente se toparon con una cerca de alambres de púas. Luego de esto emprendieron el regreso y nos alcanzaron para disfrutar su ración de suculento menudo y gorditas. En esto el primo de Martín que venía en su cuatrimoto se regresa a Durango ya que ha llegado su camioneta con todo y traila.

Son las 2:50pm y el talachero aún no puede desponchar la llanta que le entregamos hace más de una hora. En eso Martín y el de la Honda 450 enduro deciden emprender el regreso ya que tenían algún compromiso en Durango, decido acoplarme con ellos ya que ingenuo de mi creí que se irían a un paso más tranquilo que los endureros, los cuales se quedaron esperando en Otinapa que el conductor de la moto ponchada terminara de desponchar su llanta (ignoro los detalles, pero supongo que el talachero finalmente no supo hacer el trabajo).

Emprendemos el regreso rumbo a Salvador Allende y de ahí hasta Durango, pasando por Garabitos, es la misma ruta que recorrimos más temprano, pero indudablemente mis compañeros van a buen paso, ya que con trabajos puedo seguir a la Can Am de Martín y ni pensar de hacer lo mismo con la Honda 450 enduro, quien constantemente se detiene a esperarnos en las puertas que el mismo ha abierto, nos deja pasar, las cierra y a pocos metros nos adelanta. El regreso me parece que fue aún mas rápido que la ida y no hay gran cosa que mencionar, tan sólo me pareció interesante contrastar la hora en que vamos regresando a diferencia del domingo anterior, ya que ahora si contamos aún con algunas horas de luz para poder regresar de manera tranquila.

Más tarde me enteraría que los endureros volvieron a tener problemas con la misma llanta que tanto se llevó en reparar, afortunadamente esto fue a pocos kilómetros de Durango y pudieron llegar sin mayor problema.

Atrás queda una rodada que si bien no se cumplió el objetivo/pretexto para realizarla como era llegar a Paraíso de la Sierra pasando por Otinapa y Navios finalmente nos dejó la experiencia de que muchas veces no es posible seguir todos los caminos indicados en los mapas, precisamente por los candados o restricciones de circular por propiedad privada. De cualquier manera ahora conocemos más caminos que ayer y esto al final de cuentas es algo sumamente valioso.

En bastantes puntos del camino, sobre todo los más complicados y con más rocas sueltas iba yo reflexionando sobre si no era demasiado lo que le exigía a mi DR, sobre todo a llantas y suspensiones, ya que mi moto es tan sólo una doble propósito y no una auténtica off-road como las de mis compañeros de viaje. En si hay varias cosas que le hacen falta o que hay que cambiar para que sea más apta para estos trotes sobre todo al ritmo de los endureros. Por lo pronto espero rodar alternadamente un fin de semana en pavimento o terracerías fáciles a ritmo tranquilo y el otro hacer este tipo de rutas para no dejar de aprovechar las posibilidades de mi máquina.

Gracias por llegar a esta parte del relato y te invito a dejar tus dudas, reclamos, exigencias o sólo tu comentario.

Esta vez no me despido con el típico Nos vemos en el camino!, sino con una frase que me encontré en ADVrider.com y que es de alguna chava que anda o andaba en su motocicleta de baja cilindrada dando la vuelta al mundo: “Use just enough motorcycle to get the job done, go light” que viene a significar algo así como “Usa la motocicleta justa para hacer el trabajo, viaja ligero”.

Distancia total recorrida: 127 km (sólo terracería)

Fin